El gobierno decidió acelerar las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional sobre un nuevo programa financiero que despeje los abultados vencimientos de U$S 18 mil millones anuales previstos para 2022 y 2023. A tal punto que, según el ministro de Economía, Martín Guzmán, el acuerdo podría llegar antes de que termine el año y los puntos gruesos del convenio serían incluidos en el plan plurianual que el presidente Alberto Fernández se comprometió a enviar al Congreso a comienzos de diciembre.

Se entiende que en el documento a presentar ante los legisladores quedarán resumidos los principales números de la economía para los próximos años, despejada ya la gran incógnita de cuánto dinero habrá que girar al Fondo en el corto plazo y, en consecuencia, cuáles serán los recursos de que dispondrá la autoridad para impulsar la actividad interna y las necesidades de financiamiento del déficit fiscal.

Guzmán confirmó en una entrevista para Radio con Vos que «queremos resolverlo este año. Se planea enviar al Congreso un programa que refleje todos los entendimientos (con el FMI). Primero se negocia con el staff, se buscará llegar a un acuerdo y eso se somete luego a la aprobación del Congreso, tal como establece la ley de fortalecimiento de la sostenibilidad de la deuda pública». De esa manera, el titular del Palacio de Hacienda aclaró la secuencia a seguir para cumplir también con la norma concebida el año pasado, que requiere aval parlamentario para todo pago de deuda en dólares que no haya sido autorizado en el presupuesto correspondiente.

Hay consenso

Del optimismo que mostró Guzmán en terminar antes de fin de año una negociación que arrancó a comienzos de 2020 se deduce que los puntos de consenso son más que los que habían trascendido. Si bien el Fondo se mostró bastante complaciente en que fueran las propias autoridades argentinas las que elaboraran las características principales del programa (en parte por la pandemia y en parte como reconocimiento a lo mal que salió el stand by anterior), en los últimos tiempos ajustó las clavijas y se plantó firme en algunas cuestiones.

Una de ellas es la exigencia de que el arco político, sindical y empresario preste su conformidad a un nuevo programa por diez años. La imposición de ese requisito empujó al presidente a elevar al Congreso «un proyecto de ley que explicite el programa económico plurianual para el desarrollo sustentable», según dijo en su mensaje al país del domingo pasado. Fernández también afirmó que la iniciativa cuenta «con el pleno aval del Frente de Todos», dando por cerradas las diferencias internas que hubo en la coalición oficialista en cuanto a la conveniencia de sellar un acuerdo.

Pero el FMI también ajustó las clavijas en otros temas. Pateó para adelante la quita en el recargo de tres puntos en las tasas de interés que paga Argentina: la diferencia podría saldarse con una cláusula que haga automática la inclusión en el acuerdo de esa quita si se concreta en los próximos meses, como parece que ocurrirá. También pidió apurar el sendero de reducción del déficit primario (pautado en 3,3% del PBI para el año que viene) y planteó la necesidad de reducir la brecha cambiaria entre el dólar oficial y los alternativos.

Optimismo y ajuste

Pese a las presiones, Guzmán insiste en que no habrá devaluación porque la tensión cambiaria se disipará si se logran postergar los vencimientos del año que viene y el siguiente hasta 2026. «Es al revés de lo que ocurre siempre, es la presencia del FMI la que genera el problema en la balanza de pagos», sostuvo. A cambio, ofrecerá que la reducción del déficit sea paulatina, para que «el Estado pueda cumplir su rol apuntalando el crecimiento de la demanda y que al mismo tiempo puedan ir ordenándose las cuentas públicas».

El puntapié inicial lo darían las tarifas de servicios públicos: en Hacienda dicen que el trabajo técnico para la segmentación de los subsidios está muy avanzado y se pondría en práctica durante el año que viene, reduciendo sensiblemente el monto destinado a ese fin.

Con la mirada en al inflación

La preocupación por los elevados índices de inflación volvió a colarse en las discusiones entre el FMI y el gobierno argentino. El vocero del organismo, Gerry Rice, volvió a hacer mención directa al tema en su conferencia de prensa del último jueves.


«Seguimos trabajando en un acuerdo con la Argentina y esperamos que el acuerdo ayude a controlar la inflación, que tiene efecto en los más vulnerables», señaló Rice. También reiteró el interés de la entidad en que «este plan tenga apoyo político y social» y en la necesidad de «lograr un crecimiento más sostenido e inclusivo».


El portavoz también admitió que las reuniones entre el staff técnico y el Palacio de Hacienda continúan a todo ritmo pero negó que haya previsto un viaje de una misión oficial del Fondo a Buenos Aires, tal como algunos medios especularon en las últimas horas. «No tengo una fecha precisa de los tiempos de las reuniones ni de cuándo puedan concluir», manifestó.