La designación del defensor del Pueblo desató internas tanto en el peronismo como en el oficialismo. El puesto, vacante desde hace más de un lustro, es una exigencia del fallo de la Corte que frenó el tarifazo. En el peronismo la puja se da entre la ortodoxia partidaria y el kirchnerismo. Los radicales no se quedan atrás y aspiran a ocupar ese espacio recurriendo a operaciones internas. El PRO, por ahora, mira desde lejos.
Tal como anticipara Tiempo a principios de agosto, el primer nombre que surgió fue el del ex diputado Humberto Roggero. Los hombres del cordobés cuentan los posibles votos que pueden obtener en la bicameral de la Defensoría del Pueblo que ya se conformó, pero que todavía no eligió autoridades. Creen que algún voto radical y del PRO pueden llegar a cosechar.
Roggero sabe que la designación de Oscar Lamberto al frente de la Auditoría General de la Nación le resta posibilidades, pero igual busca los votos. En la asunción de Lamberto se cruzó con José Luis Gioja, quien le confió que su candidato es el exgobernador de Jujuy, Eduardo Fellner. Pero la decisión de Gioja es, por ahora, personal. En el bloque del FPV están comenzando a discutir quién puede ser el candidato y si bien no hay nombres, algunos legisladores quieren que sea una mujer. Entre los radicales surgió el nombre de Federico Polak pero allegados al ex vocero de Raúl Alfonsín aseguran que la paternidad de ese rumor hay que buscarla en Leandro Despouy, ex titular de la AGN, que busca con desesperación hacerse de un cargo. Mientras, también ronda el nombre de Alejandro Nató, actual titular de la titular Oficina de Gestión de Conflictos y conocedor profundo de la Defensoría. Esta semana comenzará a develarse el nombre del futuro defensor del pueblo. «