La Unión Industrial (UIA) fue la organización empresaria de referencia que eligió Alberto Fernández al iniciar su mandato. En el armado del nuevo presidente, los industriales jugaban un rol fundamental, estableciendo la referencia de la relación del gobierno con el mundo empresario, nivel que no podrían ignorar los otros estamentos patronales. En ese sentido, la UIA estaba llamada a jugar un rol esencial en las mesas de diálogo que preveía el gobierno e incluso en el armado del Consejo Económico y Social, todos ámbitos en los que la voz empresaria tendría mucho peso.
Pero el tinglado que pensó el gobierno, y que se encuentra bastante caído, podría terminar de derrumbarse a partir de la decisión de la UIA de designar como su nuevo presidente, desde el próximo 8 de junio, a Daniel Funes de Rioja, el abogado que dirige la Copal, una coordinadora de medio centenar de cámaras empresarias de la industria alimenticia.
La resistencia
Funes de Rioja ha sido, quizá, el empresario que más ha confrontado con el gobierno del Frente de Todos. Aunque es vicepresidente de la UIA, sus posturas más elocuentes las ha manifestado en su rol de representante de Copal. Funes ha estado en la mesa de negociación de todos los acuerdos de precios de alimentos, y a todos los ha impugnado considerando que no son la herramienta adecuada para vencer la inflación. Quizá tenga razón a la luz de la carestía que golpea a la ciudadanía, pero el sentido de la queja de Funes de Rioja es que el gobierno debe dejar hacer a las empresas, debe abandonar el «intervencionismo estatal», como dijo en un reciente reportaje.
Si se le pregunta por el incumplimiento de las empresas alimenticias de los acuerdos de precios, Funes de Rioja responde con una panoplia de argumentos para enfatizar la situación de la industria alimenticia de víctima de los elevados impuestos, los costos laborales, el precio de los insumos, el control de cambios, el cupo a las importaciones y la falta de crédito, entre otros asuntos.
Lo cierto es que la industria alimenticia ha demostrado su capacidad de resisitir las presiones del gobierno y hacer de los precios de los alimentos una pesadilla para la población y para el gobierno.
El economista Andrés Asiain, de mirada heterodoxa y cercano al Frente de Todos, observó: «Está claro que la UIA se posiciona como un actor que va a tener posturas duras frente al gobierno y frente a sus políticas en materia de retenciones, control de precios y las regulaciones en general. Funes de Rioja es un liberal, representa a un sector alimenticio que tiene muchos vínculos con la exportación y ha sido uno de los que más ha remarcado precios en los últimos tiempos y se ha opuesto a cualquier tipo de regulación».
Lo que viene
La UIA es conducida por las grandes empresas, aseguran en las pymes industriales (ver aparte). La frase tiene toda lógica y en el caso de la UIA es una realidad. De hecho, este diario pudo saber que la candidatura de Funes de Rioja en una lista de unidad (todos los pies en el plato) fue impulsada por las grandes firmas, que tienen mucho peso dentro de la unión fabril y también fuera de ella, especialmente en la Asociación Empresaria Argentina (AEA), donde tallan los dueños en forma individual. Por caso, Luis Pagani, dueño de Arcor, es uno de los miembros más conocidos de AEA, tiene mucho peso en la UIA y es uno de los que ordena los lineamientos de la Copal. Paolo Rocca, dueño de Techint, sin estar en la Copal, forma parte de ese club de dueños.
Para este sector, Funes de Rioja es el candidato ideal para este momento de la Argentina, porque buscan a alguien que combine la alta exposición con una postura crítica al gobierno y la experiencia de saber cuándo no hablar de más y, muy importante, el conocimiento casi personal de algunos de los funcionarios del gobierno y de la oposición.
Asiain concluye: «En términos de la política del gobierno, es un fracaso parcial en el intento de limar la grieta y firmar un pacto social y que los empresarios se sientan parte del gobierno». «
Para las pymes, representa a las grandes firmas
«Daniel Funes de Rioja es un hombre con una trayectoria muy rica dentro de la Unión Industrial, con una gran experiencia institucional. Ha sido un negociador y realmente cuenta con toda la experiencia para conducir la UIA. No sé cuál va a ser su visión o qué acciones tomará a partir de su asunción, aunque sabemos que la UIA defiende los intereses de las grandes empresas». Quien expresa esta posición es Daniel Rosato, el líder de Industriales Pymes Argentinos.
Rosato observa un futuro industrial en el que las pymes deberán seguir lidiando con las grandes empresas por los precios de los insumos «Desde IPA venimos reclamando por uno de los grandes problemas que estamos enfrentando y es el incremento del valor de los insumos difundidos, que suben en dólares y las pymes vendemos en pesos. Esto afecta sustancialmente a la competitividad y hace a la inflación y a los aumentos de los precios en las góndolas. El gran desafío, que entendemos que el gobierno está llevando adelante, es el diálogo y consensuar con los grandes formadores de precios», le dijo a Tiempo. Según Rosato, «estos insumos deben dejar de aumentar en dólares y poder conservar los precios para la producción y darle previsibilidad y reducir la especulación».
El dirigente industrial pidió, además, una mesa de diálogo. «Las pymes industriales debemos contar con una mesa de diálogo dentro del Ministerio de Desarrollo Productivo, con una ventanilla para tratar todos los inconvenientes que van surgiendo por las variables económicas locales e internacionales. La industria necesita un diálogo permanente con las autoridades», concluyó.