La preocupación sobre el amesetamiento de la economía, y hasta por una caída en el nivel de actividad, se fue acentuando en las últimas semanas a partir de la difusión de diversos indicadores. Esta vez fue el Ieral (Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana) el que formuló una severa advertencia en ese sentido.
Ese centro de estudios, que es sostenido por la Fundación Mediterránea, estimó que el PBI cerró el año 2022 con una caída de 0,7% en el último trimestre. Para ello consideró la reducción en la recaudación impositiva, en particular de los tributos asociados a la actividad en el mercado interno. Entre ellos figuran el IVA, Débitos y Créditos Bancarios, Combustibles, Aportes y Contribuciones a Seguridad Social y Derechos de Importación.
“El índice desestacionalizado elaborado por IERAL, en base a la recaudación de impuestos asociados al mercado interno, muestra una caída del 0,5% en términos reales para el cuarto trimestre, en relación con el tercero, extrapolando una merma del PIB de 0,7 % para ese período”, señaló el informe de coyuntura del Instituto.
Uno de los factores más notorios de ese período fue la merma en las importaciones, que afectó por lógica el funcionamiento de muchas empresas que traen insumos productivos desde otros países. Para ello se analizó el IVA Aduana, generado por las operaciones de comercio exterior.
“Conforme al indicador del IERAL, las importaciones de diciembre habrían alcanzado U$S 5.380 millones, una caída de 13,4% interanual, que compara con un aumento de 45% en julio pasado. De positivo a negativo, con un cambio de ritmo de 58,4 puntos porcentuales, en apenas un semestre”, señaló el trabajo del economista Maximiliano Gutiérrez.
Una interpretación de ese dato es se vincula a las restricciones al acceso a las divisas para muchas empresas, a partir de la programación que realiza el gobierno a través del SIRA (Sistema de Importaciones de la República Argentina). Hace pocas semanas, la Unión Industrial Argentina difundió su preocupación al respecto: tras un relevamiento sobre indicadores industriales y expectativas, expresó que “el 63% de las empresas indicaron que tienen riesgo de paradas de planta vinculadas a las dificultades en el comercio exterior”.
En paralelo, esta última entidad, que agrupa a las cámaras y las grandes empresas del sector manufacturero, también deslizó sus preocupaciones en un informe sobre la situación laboral y la generación de empleo por parte de sus asociados. “Aunque las expectativas en materia de empleo se encuentran en terreno positivo, seguimos observando un menor dinamismo respecto del primer semestre de 2022”, señaló la UIA.
El informe oficial sobre el PBI se dará a conocer hacia fines de marzo y si bien se descuenta que el resumen de 2022 mostrará un fuerte crecimiento (se habla de más de 5%), la evolución del último cuatrimestre y la tendencia de cara hacia este año no es auspiciosa. Al respecto, el EMAE (Estimador Mensual de la Actividad Económica, que suele funcionar como un predictor del PBI) ya muestra tres meses consecutivos de retroceso en el nivel de la economía.