El derrumbe del mercado de capitales argentino fue total este miércoles, en sintonía con la situación internacional aunque alimentado con problemas propios, al punto que la presentación del acuerdo con el FMI y la recalificación de Argentina como mercado emergente, apenas una semana atrás, no cambió la tendencia general marcada por la fuga de capitales.
La corrida contra los activos argentinos lleva ya seis meses largos. Arrancó con suavidad en diciembre último, cuando inversores extranjeros desarmaron sus posiciones en pesos, demandaron dólares y los sacaron del circuito local. Esa primera movida implicó una devaluación del 7% en poco más de un mes.
La consecuencia de esta tendencia es que los activos argentinos están mucho más baratos para el que tiene dólares. Se ve con claridad en el caso de las acciones, las que han perdido un 40% de su valor medido en esa divisa desde principios de este año, según cálculos del economista Cristian Buteler.
Es decir, una empresa o un grupo de acciones valen un 40% menos para el que posee los dólares desde el mismo momento del inicio de este derrumbe.
La observación cobra un nuevo valor cuando se analiza que entre los planes del gobierno a partir del acuerdo con el Fondo Monetario (FMI) se encuentra la venta de las acciones de empresas privadas que están en manos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS).
El FGS está constituido por distintos tipos de activos cuyo valor estaba calculado a fines de marzo de este año en $1,266 billones (millones de millones). Entre esos activos sobresalen los bonos de deuda nacional, que para esa fecha estaban valorados en $716.295 millones, poco más del 56% del total.
El valor de las acciones de empresas privadas llega a casi el 20% del total del FGS, unos $246.000 millones.
Pero la suma de la caída del valor de las acciones y la devaluación del peso, del 48% en lo que va del año, han tirado abajo ese valor.
Por caso, las 246 millones de acciones de Telecom Argentina en poder del FGS estaban valuadas al 22 de enero en $37.149 millones. Cada acción cotizaba en $151, ahora están en $107 y ese paquete está valorado en $26.320 millones, es decir, $10.829 millones menos.
Un caso similar es el de Grupo Financiero Galicia. Las 264 millones de acciones tenían un valor de $36.170 millones el 15 de enero pasado, a $136,9 por acción. Ahora, está en $90, lo que lleva el valor del paquete a $23.500 millones, $12.600 millones menos en cinco meses.
La conclusión es muy simple: si el gobierno vende ahora las acciones de las empresas privadas en poder del FGS le generaría un gran negocio al que las compre. Se sabe que los primeros interesados en ello son las mismas empresas cuyas acciones están en el FGS.
Incluso, ya hay bancos interesados en financiar estas operaciones, conocidas en la jerga financiera como “apalancamiento”, es decir, endeudarse para adquirir un activo y con la renta que produce, pagar los intereses. Los bancos son los que prestan la plata.