Se sabe desde el año pasado que la caída del consumo hace estragos en la industria textil nacional pero este año empezó a condicionar también a las importaciones.

La Fundación ProTejer, que integran empresas y gremios de la cadena de valor textil, asegura que en el primer semestre el ingreso de producción extranjera cayó un 6% en toda la cadena del sector debido al desplome del poder adquisitivo del salario.

El gobierno de Cambiemos levantó en 2015 parte de la política de administración de comercio exterior del kirchnerismo, favoreciendo la entrada de la producción extranjera. Los sectores más perjudicados fueron el del calzado, el de la alimentación y el textil.

Pero este año, la caída del salario y su consecuente poder de compra está impactando también en el negocio de los importadores que, según especialistas, cada vez traen menos productos porque el mercado no les garantiza ventas ni rentabilidad.

Según un informe de ProTejer, entre enero y mayo de este año la producción cayó 17,9%. Pero, a la par, en el primer semestre del año la importación de toda la cadena textil cayó un 6% anclada a la bajísima demanda interna si bien la entrada de ropa terminada siguió siendo fuerte en cantidades con una suba del 60% en lo que va del año.

Versiones periodísticas señalaron hoy que el gobierno estuvo reunido con referentes de la industria a quienes habría adelantado la decisión de aplicar límites a las importaciones como incentivo a la industria hasta octubre, mes de las elecciones.

ProTejer descartó la versión. “Estamos permanentemente en contacto con las autoridades pero no tenemos novedades”, indicó un dirigente a este medio. El sector industrial se mantiene escéptico. La fuente señaló que las empresas “no ven un escenario de grandes cambios porque no hay una macroeconomía sobre la que se pueda hacer alguna proyección optimista. No tenemos ninguna confirmación oficial de ningún instrumento”, señaló.

Según la Confederación General Empresaria (CGERA), el gobierno no habló de medidas para cerrar la economía sino que les pidió a las empresas que estudien técnicamente las importaciones para determinar aspectos que sirvan como argumentos para frenar determinados productos de importación. La propuesta no cayó bien a las pymes que conforman esa entidad del sector privado. 

Detalles aparte, los textiles hablan de la crisis más profunda en las últimas tres décadas. En los primeros seis meses del año, la producción estuvo un 25% debajo del nivel de 2015 “porque la demanda no termina de traccionar”, evaluó otro hombre del circuito de fábricas argentino.

Lo peor es que la proyección tampoco tiene buenas perspectivas. En este momento del año los talleres están fabricando la ropa de la temporada estival y, según dicen, “no se está viendo un despegue para el verano. Por el contrario, vemos un mercado que no termina de despegar”.

“Hoy el principal problema no está en el comercio exte3rior”, analizó otro dirigente consultado por Tiempo.

“El tema es que en el país no se vende. Por cuestiones de mercado, los importadores no traen mercadería que saben que no van a vender. En el primer semestre se sintió una caída importante. Y el principal problema que tiene la cadena es el debilitamiento de la demanda que repercute en las importaciones. No se vende nada, ni nacional ni importado”, remarcó el fabricante local, una vez más con el objetivo en las políticas de fondo: “Antes que lo comercial lo que desestimula el consumo es lo macroeconómico. Hasta que eso no se ordene no hay cambio de política que valga”, concluyó.