El fuerte desequilibrio fiscal que experimenta el Tesoro se cubre parcialmente con emisión monetaria pero mayormente con colocación de deuda. Es así que a lo largo de 2016 la deuda pública total creció en 34.458,6 millones de dólares, ascendiendo en diciembre de 2016 a 288.447,8 millones de dicha moneda, donde está incluida la emisión de bonos por unos 12.000 millones de dólares realizada para cerrar el acuerdo con los holdouts.
Como buena parte de esta deuda se emite en el exterior, los dólares así obtenidos son vendidos para obtener los pesos con que pagar los gastos gubernamentales.
Esto genera una presión de oferta en el mercado cambiario que mantiene deprimida la cotización del dólar, generando el atraso cambiario que alcanza a 24,4%, esto es el actual tipo de cambio está, en términos reales, un 24,4% por debajo del alcanzado en diciembre de 2015.
El tipo de cambio real se calcula tomando como base el valor del dólar en diciembre de 2015 luego del levantamiento del cepo cambiario. Se calcula la evolución de dicho tipo de cambio hasta el presente y se le agrega la inflación en Estados Unidos medida por el índice de precios al productor; finalmente se divide por la evolución del Índice de Precios al Consumidor de la Ciudad de Buenos Aires para el rubro servicios. Mientras la inflación americana mide la pérdida de poder adquisitivo del dólar, la inflación local de los servicios aproxima la pérdida de valor del peso en términos de los bienes no comercializables.
El deterioro cambiario alienta el ingreso de importaciones y castiga a las exportaciones argentinas. Así, en los primeros cinco meses del año se observa, en comparación con igual periodo del año anterior, un fuerte crecimiento en las importaciones de automóviles (43%), combustibles (30,8%) y bienes de capital (18,4%. La contracara es el derrumbe de las ventas al exterior de tabaco (34,7%), minerales metalíferos (28,1%) y lanas. (25,0%).
En la medida que la política de endeudamiento externo se mantenga, persistirá el ingreso de dólares financieros aunque en el segundo semestre habrá probablemente menor ingreso de divisas por exportaciones. A ello se sumara una mayor demanda de divisas por el motivo precaución al acercarse la fecha de las elecciones de octubre, como se ha observado la semana pasada.