La disputa entre los formadores de precios resurgió este jueves con críticas de las cadenas de supermercados a las fábricas de alimentos y otros productos de primera necesidad a las que atribuyeron maniobras para aumentar los denominados Precios Máximos negociados con el gobierno nacional.
Las asociaciones que nuclean a los supermercados del interior del país (CAS-FASA) acusaron a los fabricantes de violar el acuerdo por lo que resolvieron “rechazar” las listas que esas empresas acercan a sus comercios, a los que definieron como “pymes nacionales”.
A la par la cámara de supermercados mayoristas (CADAM) denunció que las fábricas le quitan descuentos y les presentan nuevas listas de precios, lo que les genera conflictos para tener disponible la lista acordada con la Secretaría de Comercio dependiente del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación.
Aunque es habitual que haya pase de facturas en la formación de precios esta vez llamó la atención que los supermercados actuaron institucionalmente, a través de comunicados oficiales de sus respectivas entidades representativas.
Los comercios de CAS advirtieron que “se verifica una gran cantidad de violaciones a lo establecido en la Resolución N°100” por lo que “hemos resuelto no aceptar listas de precios que no respeten lo establecido” en el texto legal “a través de cambios directos en los precios de venta o por modificaciones que alteren nuestros costos reales, como la eliminación de descuentos, bonificaciones, etc”.
Los mayoristas en tanto remarcaron su rol como el eslabón al que le compran los almacenes de barrio, que son los comercios más pequeños de la cadena, y los de mayor cercanía a la demanda.
“Estamos cautivos en el presente contexto porque o compramos y aumentamos precios y somos clausurados, o no compramos y comienzan los faltantes” resaltó la CADAM antes de hacer un llamado a la “alineación” de toda la cadena de abastecimiento “para posibilitar la continuidad de las fuentes de trabajo”.