Un reciente informe de la consultora Analytica indicó que la razón por la que se nota una acentuación de la caída del PBI en el tercer trimestre es la reducción del poder de compra de la masa salarial. La fuerte distancia que se abrió entre los salarios y los precios se mantiene, aunque el gobierno nacional asegura que los ingresos de los trabajadores ganan posiciones en los últimos meses. La administración de Mauricio Macri no ha podido dar una respuesta clara a la crisis del consumo. El presidente llegó a justificar la caída de este año en la diferenciación de su política económica de la de Cristina Fernández, al asegurar que ésta «llenó de pesos» al país. Cabe recordar que a pesar de ello, la caída del consumo se verificó tras la devaluación de 2014. Damián Di Pace, director de Focus Market, destacó las medidas que tomó el gobierno «para generar una desaceleración de la caída de las ventas», como los bonos para distintos sectores de la economía. «Deberían generar un circuito económico que mejore las ventas minoristas», aseguró. Di Pace consideró que para que el consumo sea sostenido «es necesario que se recupere la inversión porque con eso se va a recuperar el empleo y obviamente el consumo». En ese sentido, explicó que «la Argentina perdió mucha productividad y competitividad y falta mucha incorporación de nuevas tecnologías para hacer más eficiente el circuito productivo. Hay que impulsar la inversión de bienes de capital para mejorar el proceso productivo para mejorar la competitividad y aumentar el empleo.» La lluvia de inversiones es uno de los caballitos de batalla del gobierno, y por ella es que justifica el ajuste y la desregulación. Pero las inversiones no llegan en el ritmo que pretende la administración Cambiemos. Fausto Spotorno, director del Centro de Estudios Económicos de la consultora de Orlando Ferreres, considera que la inversión es el eje para un estímulo del consumo en el largo plazo porque hace a «la capacidad real de consumo de la economía. Hay una economía estancada que no gana en productividad y que, por lo tanto, no tiene mayor capacidad de consumo». Mientras, en el corto plazo, «la restricción actual para estimular el consumo es que no hay capacidad en las empresas para cumplir esa tarea. El único que puede hacerlo es el Estado, de manera momentánea, no en forma sostenida». Spotorno indicó que «si la economía muestra signos de reactivación y las empresas tienen más dinero habrá una suba de los salarios y, en un contexto de baja inflacionaria, una mejora del poder adquisitivo», indicó Spotorno. El economista apuntó que en el largo plazo que la productividad se encuentra en el mismo nivel de 1997. «Ello limita la capacidad de consumo total. Para ganar productividad y hacer crecer el consumo hay que atacar los mayores costos e incrementar la producción. Eso implica políticas concretas y, al mismo tiempo, un fuerte proceso de inversiones.» La inversión, sin embargo, es lo que no se mueve y su remplazo por el transferencias del Estado es una política de patas cortas, asegura Rolando Astarita, docente de las universidades de Buenos Aires y Quilmes. «Se puede mantener durante un tiempo con gasto estatal, pero eso es temporal. No se dio nunca una salida de la recesión sobre la base de un incremento del consumo de los asalariados», agregó. El problema -indicó Astarita- es que gran parte del valor de la plusvalía generada en la Argentina terminó en fuga de capitales o en inversión improductiva, como la de bienes raíces. «El problema para este gobierno es que le salió todo mal, la inversión no viene y el contexto internacional empeora», concluyó. «
Reclamo de pymes bonaerenses a Vidal
Criticaron la «falta de definiciones» y que en La Plata no escuchan a las empresas.
La Confederación Económica de la Provincia de Buenos Aires manifestó ayer su preocupación por la «falta de definiciones del gobierno bonaerense en la elaboración de una clara estrategia que impulse a la producción a crear valor que beneficie a todos los bonaerenses». La entidad, que representa a las pequeñas y medianas empresas de la provincia, manifestó en un comunicado que «existe la urgencia de encontrar la brújula que indique el rumbo a tomar en la política productiva» y se quejó de que a casi un año desde que se hizo cargo de la gestión, la administración de María Eugenia Vidal no escucha las demandas del sector, lo que consideró «un despropósito dada nuestra experiencia como piloto de las peores tormentas económicas sufridas por nuestro país». Aladino Benassi, presidente de la agrupación empresaria, diferenció además el rol de las pymes en relación a la protección del empleo: «Son las que más demoran en tomar medidas de expulsión de personal porque lo han formado, porque lo contienen porque saben que les sirve y en algún momento puede empezar a funcionar la economía; entonces lo aguantan todo lo posible, cosas que no hacen las grandes empresas.» Además, indicó que las «expectativas favorables» con las que asumió el nuevo gobierno «tendrían que haberse visto expresadas en políticas para el conjunto de la provincia, pero no fue así». «