En sintonía con los anticipos de varias consultoras privadas, el INDEC informó que la industria creció un 5,3% en febrero, una vez más con fuerte empuje de los rubros asociados a la construcción, con una sorpresiva incidencia del sector automotriz y, de nuevo, con la alerta en los sectores afectados por la caída del mercado interno.
El rumbo no repercutió positivamente en la creación de puestos de trabajo sin embargo cosechó aplausos en el oficialismo. Los industriales, no obstante, advierten que recién a partir de marzo la actividad del sector empezará a compararse contra los meses positivos de 2017.
Además, destacan que los sectores con resultados negativos son en su mayoría dominio de las pequeñas y medianas empresas, un factor que pronuncia la desigualdad dentro del complejo fabril.
Según el Estimador Mensual de la Industria (EMI) que elabora el INDEC, la industria subió 5,3% en febrero respecto a igual mes de 2017. Además, el acumulado del primer bimestre dio una suba del 3,9% en la comparación contra el mismo tramo del año pasado.
El dato de febrero es el octavo número positivo consecutivo desde que la industria cortó una serie negativa en agosto de 2017.
En el segundo mes del año se destacó el crecimiento de los rubros de Alimentación (2,5% interanual); Papel y Cartón (6,2%); Edición e Impresión (0,5%); y Refinación de Petróleo (1,5%). Pero los sectores que traccionaron la actividad con más potencia fueron nuevamente el de los Metales Básicos (29,8%); Minerales No Metálicos, como vidrio, cemento y otros insumos para la construcción (12,5%); y la industria Automotriz, que trepó un 61,3%; a la par de la Metalmecánica, que cerró febrero con un salto positivo del 9,6%.
El coordinador del Centro de Estudios de la UIA (CEU), Pablo Dragun, reconoció que los números de febrero están alineados con la expectativa de las grandes industrias, que ya habían recibido estimaciones similares desde consultoras privadas como Orlando Ferreres (el índice IPI dio 5,1% en febrero) y FIEL (cuya medición arrojó una suba del 4,8% para el mismo tramo).
Sin embargo señaló que en la UIA ven «que hay una heterogeneidad, con sectores que andan muy bien, otros más estancados y otros decididamente rezagados, como el textil, el de los agroquímicos y la industria farmacéutica.
Dragun definió el dato de febrero como una buena recuperación pero recordó que la base contra la que se compara es febrero de 2017, un mes que terminó con una caída del orden del 6 por ciento.
En ese sentido, proyectó dos meses más de crecimiento moderado tras los cuales llegarán los verdaderos desafíos para la industria nacional. El primer desafío, apuntó el economista: Será ver cómo va a reaccionar la actividad cuando se la compare contra meses más altos; el segundo será ver cómo se hace para que los sectores rezagados empiecen a entrar en el terreno.
Sobre el primer desafío Dragun citó el caso de la construcción, que dio datos negativos entre enero de 2016 y febrero de 2017. Esa tendencia se revirtió en marzo del año pasado, un mes contra el que empezó a compararse recién este mes. El pronóstico de los industriales es que el crecimiento va a seguir pero bastante más tenue de lo que se vio en el primer bimestre.
Sobre el segundo desafío, la UIA sabe que el gobierno ratifica las importaciones cada vez que tiene la oportunidad de hacerlo públicamente por lo que apuesta a regañadientes a negociar condiciones que sirvan para mejorar la competitividad de la producción argentina, por ejemplo, en los rubros textiles, del calzado, del juguete, y otros sectores de los considerados sensibles.
El tema de las importaciones más que nada es poder hacer inteligencia comercial que permita enfrentar la competencia desleal pero los procesos antidumping llevan tiempo, señaló el especialista industrial. Y agregó que: Con la presión de costos es difícil competir, sobre todo si hay deslealtad. Algo que se puede hacer es mejorar el financiamiento, bajar los costos de la energía.
Sin embargo, reconoció que las mejoras se esperan a largo plazo: Hay proyectos para mejorar en algunos años, por lo que no hay una expectativa marcada para el resto de 2018.
El caso de la industria automotriz es particular, porque la base de comparación es todavía más baja que la de otros rubros cuantificados en la estadística pública. El aumento superior al 60% se explica porque en febrero de 2017 la mayoría de las terminales locales aprovecharon para dar vacaciones al personal y para practicar cambios en las líneas de montaje de las diferentes empresas.
Pymes
Un día antes de la presentación del INDEC, la Cámara de la Mediana Empresa (CAME) informó que en febrero el crecimiento de las industrias pymes fue del 1,5%, claramente por debajo del nivel que informó el organismo público.
El informe de CAME sostiene que el progreso interanual «alcanzó al 42% de las industrias bonaerenses» por debajo del 50% que había marcado el índice en enero y más aún si se considera que en diciembre había alcanzado al 59% del total.
Los costos fijos altos y la falta de ventas son dos problemas serios que enfrenta el industrial, además del encarecimiento del crédito y los atrasos en los pagos, que golpean la rentabilidad de la pyme, expresó Fabián Tarrío, presidente de la CAME.