Un mes y medio después de que el Indec informara que la industria cayó en 2016 un 4,6%, la Unión Industrial Argentina (UIA) dio a conocer su propia evaluación, que en su caso arrojó una caída aún peor: 4,9% para el año pasado.
Al explicar las causas del bajón productivo, la UIA mencionó diversos factores pero no incluyó a las importaciones, salvo en el caso puntual de la cadena textil-indumentaria.
La entidad fabril viene de recibir un fuerte ninguneo de parte del gobierno nacional, el que aseguró que el fracaso del acuerdo antidespidos firmado a fines de noviembre pasado se debió a que la parte empresaria firmante carecía de representatividad, en referencia a la UIA.
Para la principal agrupación gremial patronal del país, la contracción de la producción industrial en 2016 estuvo asociada a múltiples factores. Enumeró: el PBI de Brasil, principal socio comercial, cerró el año con una caída cercana al 3,5% en el marco de un comercio global relativamente estancado; acciones gubernamentales reordenando desequilibrios heredados (cepo y la falta de reservas) que afectaron el desempeño industrial durante el primer semestre del año, la extensión en la contracción del mercado interno, el aumento de los costos, las elevadas tasas de interés y una mayor presión importadora en determinados rubros.
El informe incluyó un pronóstico desalentador para 2017. La Unión Industrial estimó que el crecimiento fabril se ubicará entre el 1% y el 2% dado que la base de comparación es muy baja, es decir, un mero efecto estadístico.
La entidad fabril detalló que las mayores caídas en la producción de 2016 se dieron en los metales básicos (-15,1%) por la menor producción de acero (-17,9%); minerales no metálicos (-13,1%) por la caída en la construcción (-12,7%); automotriz (-10,2%) por la baja del 20,8% de las exportaciones; metalmecánica (-8,5%); edición e impresión (-6,2%) donde la producción de libros retrocedió 49% en 2016; y en plásticos, papel y cartón (-4%).
La UIA señaló también que cayó la producción de los sectores más vinculados al mercado interno: calzado (-11,2%) y madera y muebles (-15%). El informe indicó que en el caso de la cadena textil-indumentaria, se presentaron bajas por la contracción del consumo y la presión importadora. En el caso de la producción de alimentos y bebidas, con fuertes ventas internas y también exportaciones, cerró el año con una caída en la producción (-1,2%), pero amortiguada parcialmente por la mayor molienda de oleaginosas (+8,4%). Así las cosas, descontando el efecto del bloque de oleaginosas la caída de alimentos y bebidas se profundiza (-3,3%). Por otra parte, la producción de sustancias y productos químicos (empleados en la construcción) aumentó 1,3% durante 2016.
El otro dato destacable es que la UIA reconoció que en el cuarto trimestre mejoró la actividad en las fábricas, tanto en la comparación contra el mismo trimestre del año anterior como respecto del tercer trimestre.
Durante el cuarto trimestre se observó una mejora relativa a los trimestres anteriores en términos interanuales y una suba con respecto al tercer trimestre del 1%. Según la entidad patronal, la mayoría de los sectores desaceleraron las tasas de las caídas en términos interanuales por dos razones: en algunos bloques comenzaron a registrarse mayores niveles de producción y las bases de comparación a fines de 2015 ya eran relativamente bajas.
Respecto del uso de la capacidad instalada, la UIA reprodujo el dato del Indec: el promedio en la industria manufacturera el año pasado fue del 64,5%. En relación con el empleo, aseguró que la pérdida de empleos registrados en la industria fue de 48.480 puestos entre noviembre de 2015 y noviembre de 2016.