Agosto fue el segundo mes consecutivo en el que hubo una tendencia descendente en el precio de la carne. Así lo detectó el Indec en el informe técnico publicado este martes, que acompañó la difusión del índice de precios al consumidor.
De acuerdo al organismo estadístico, en el AMBA (área metropolitana de Buenos Aires) se observó un descenso del 3,5% en el precio de la carne picada común; 2,6% en el asado; 1,9% en la paleta y 0,3% en el cuadril. La nalga, en cambio, se incrementó levemente (1,1%). Cuatro de esos cinco cortes populares también habían bajado el mes anterior, aunque en menores proporciones (entre 0,5% y 1,4%).
Los datos parecen confirmar el diagnóstico oficial de que la suba descomunal que habían tenido esos productos (había llegado a 106% interanual en el caso del asado) estaba vinculada al crecimiento de las exportaciones en desmedro del mercado interno, que quedaba desabastecido. En junio el gobierno resolvió que la venta al exterior de determinados cortes bovinos no podría superar el 50% de lo exportado en el segundo semestre del año pasado. A partir de ese momento comenzó el cambio de tendencia en el precio que se paga en los mostradores.
La relación causa-consecuencia entre ambos hechos fue apoyada por el presidente de la Asociación de Propietarios de Carnicerías, Alberto Williams. Hace algunos días, en una entrevista radial, el dirigente había afirmado que “el cepo a las exportaciones estabilizó el precio. Hoy, el kilo de milanesa en carne premium está entre los $680 y $750, y había llegado a mil pesos el kilo. Si se abren las exportaciones, el precio de la carne se va a las nubes».
El fenómeno coincidió con la baja de la inflación en agosto, que según el Indec fue de 2,5%, perforando por primera vez en el año el piso de 3% mensual. En el rubro Alimentos y bebidas no alcohólicas, que venía marcando el rumbo en los últimos tiempos, la suba fue todavía menor: 1,5%. Según un informe del CEPA (Centro de Economía Política Argentina), “el incremento se explicó fundamentalmente por el aumento en Leche, productos lácteos y huevos; Pan y cereales; Café, té, yerba y cacao; Azúcar, dulces, chocolate, golosinas, etc.; y Aceites, grasas y manteca. En este mes, ni carnes ni frutas y verduras mostraron incrementos sensibles (de hecho, el informe de carne vacuna de CEPA anticipó una reducción promedio de precios de 1%)”.
Claro que el cuadro de situación no conforma a los productores agropecuarios, que por la reducción en los volúmenes exportados están perdiendo las ganancias que les brindaba el incremento en los precios internacionales de los alimentos, sumado a la fuerte demanda de países como China. Desde hace varias semanas, la Sociedad Rural lanzó una campaña a través de las redes sociales intentando concientizar al público de la pérdida de divisas que esto significa. “Un nuevo día y la cadena de ganados y carnes no generará U$S 8 millones porque las exportaciones de carne siguen cuotificadas”, se tuitea a diario desde la cuenta oficial de la Sociedad Rural, con el hashtag #PerdemosTodos.
El titular de la entidad, Nicolás Pino, también utilizó la red social para cuestionar la opinión del presidente Alberto Fernández, quien expresó en su cuenta que “no es justo que el precio internacional de la carne vacuna sea el mismo precio que deban pagar nuestros compatriotas”. Para Pino, “la mesa de los argentinos se cuida bajando la inflación que les pega a todos los alimentos, no cerrando exportaciones de un bien empobreciendo a una cadena”. Desde Confederaciones Rurales Argentina (CRA), otra de las integrantes de la Mesa de Enlace de entidades agropecuarias, vincularon el tema a la autocrítica que empezó a realizar el gobierno después de la derrota electoral en las PASO del domingo 12. “El cepo a las exportaciones de carne es uno de los errores cometidos, es una de las cosas a resolver con urgencia”, afirmaron.
Las restricciones también dieron trabajo a las autoridades encargadas de verificar su cumplimiento. Este miércoles, la Dirección General de Aduanas informó que evitó un intento de dos frigoríficos por exportar a China burlando esos límites. Para ello falsearon su declaración jurada, según un comunicado del organismo. “Las empresas informaron la supuesta exportación de cuarto delantero incluso incompleto, cuando en verdad se trataba de falda y tapa de asado, cortes cuya venta al exterior está interrumpida como parte de las medidas del Gobierno para cuidar al mercado interno”, fue la explicación.