Fue el conflicto sindical más emblemático del año con un plan de lucha que duró cinco meses y una huelga que se sostuvo durante diez días hasta que el sindicato logró alzarse con gran parte de sus reclamos en los últimos días de septiembre.
El acuerdo implicó un compromiso de armonía que, aseguran los representantes sindicales, las patronales violentaron. En un comunicado en el que anuncian un paro de actividades para el próximo miércoles 21 con movilización a la cartera laboral denuncian que, las tres empresas que integran el sector, «han llevado adelante conductas prepotentes y arbitrarias, intentando imponer cambios unilaterales en condiciones de trabajo, acosando y hostigando a compañeros, y obstaculizando el ejercicio de las funciones de los representantes sindicales». Allí aseguran que «buscan amedrentar al conjunto de los trabajadores a través de medidas disciplinarias caprichosas e injustas, suspensiones y despidos digitados». Una vez anunciada esa medida, el SUTNA sumó un paro de 24 horas para el domingo en aquellas plantas que se negaron a dictar asueto para que los trabajadores puedan ver la final de Argentina contra Francia. «