El índice de salarios que publica el INDEC en forma mensual arrojó una suba de apenas 2,4% durante el mes de noviembre de 2018. Durante el mismo mes la suba de precios que mide el mismo organismo había escalado 3,2%.
Así las cosas, en forma interanual, los haberes promedio de los trabajadores se incrementaron un 26,5% cuando la inflación entre noviembre de 2017 y el mismo mes del año que acaba de concluir lo hizo un 48,5%. De este modo, los salarios quedaron 21,93 puntos porcentuales detrás de la inflación consagrando una pérdida del poder adquisitivo del 17,3%.
Sin embargo la suba de precios no impactó sobre el conjunto de los asalariados de la misma forma. Como es de esperarse, aquellos trabajadores que ejercen su actividad en forma no registrada o “en negro”, en el mismo período, lograron incrementar sus ingresos en apenas un 21,5% quedando de esta forma 27 puntos por detrás de la suba de precios y afectando su salario real en un 22%.
Los asalariados privados registrados quedaron relegados en veinte puntos con relación los precios (perdieron un 15% de poder adquisitivo) mientras que los empleados públicos resignaron un 16,7% de salario real por el retraso en 21,29 puntos de sus ingresos con relación a la suba de precios.