El gobierno teme que los precios le echen a perder una campaña a la que llegó más entero de lo que se podía suponer tras casi cuatro años de crisis económica continua.
Por eso la semana que pasó celebró como logros de gestión los datos de precios al consumidor y de precios mayoristas de junio, que según el Indec fueron del 2,7% y del 1,7%, respectivamente, marcando diferencias con las mediciones del mes anterior.
Pero los aumentos de precios siguen –tanto entre los comercios minoristas como en los mayoristas– y anticipan una inflación vigorosa.
Desde los supermercados consignaron que esta semana subirán los productos lácteos hasta un 26,5 por ciento.Dos de las grandes cadenas del comercio minorista local confirmaron que recibieron listas de productos con incrementos del 10% promedio y con picos por encima del 25% de la francesa Danone y de Mastellone que irán a parar directo al bolsillo del consumidor desde esta semana.
En tanto, el canal mayorista recibió listas con aumentos en abril, mayo y junio, de entre el 5 y el 10% promedio «a pesar de que la demanda cayó», según informó en una nota reciente con Cadena 3 el presidente de la cámara mayorista CADAM, Alberto Guida.
Salvar la ropa
Cuando los comercios preguntan por las causas de las subas de precios, desde las fábricas los defienden «en parte como recomposición de ganancias, en parte como provocado por las pautas de ajuste salarial, costos logísticos y de refrigeración, que representan gran parte de la cadena de valor», contó un vocero de uno de los supermercados.
Es el caso de los lácteos. En junio el precio promedio que pagaron las industrias a los productores de leche fue de $ 15,42 por litro, un 124,5% por encima de lo que abonaban un año antes. Pero ahora el sector fabril está presionando para bajar ese valor a unos 13 pesos por litro.
El argumento de los industriales es que ese precio tendría más relación con el mercado internacional, pero otros análisis atribuyen el planteo a una acumulación de stocks por la caída del consumo.
Otra fuente del sector comercial confió a Tiempo que la industria láctea explica los aumentos como una alternativa al «cepo» de los Precios Esenciales, una canasta de 64 productos cuyos precios están congelados desde abril. «Nos dicen que se tienen que cubrir porque no pueden subir en los productos básicos que están en el acuerdo. Ellos hablan de una espiral de precios que no pueden contener. Nosotros, frente al mismo problema, elegimos perder algo de rentabilidad y así sostener un caudal de ventas. Quieren salvar la ropa pero en este mercado tienen todo para perder».
Echarle la culpa a la industria es parte del ADN de los comerciantes, que aseguran que recibieron aumentos del 20% en lo que va del año, mientras que ellos remarcaron un 18%. Y, además, advierten que frenaron varias listas con aumentos en el primer semestre del año.
Va a suceder
Por el lado de los analistas, Fernando Quinteros, de la consultora Indecom, interpretó que las fábricas «están aprovechando que hubo mucha liquidez en las cadenas de comercios porque la gente pagó sus deudas con el aguinaldo y se volvió a endeudar con las tarjetas».
La industria, agregó, necesita ingresos en efectivo como el comercio: «Por eso ajustaron aumentos de combustibles y desde ahora empiezan a ajustar por el lado de los lácteos, no sólo yogures sino también en quesos duros».
El economista Leandro Ottone, del Instituto de Trabajo y Economía Germán Abdala (ITE), resaltó que la inflación mayorista y minorista de junio fue alta al margen de la campaña que hace el gobierno.
Los precios de las fábricas, aseguró, «se toman como indicativo de lo que va a suceder en los próximos meses, porque se van a trasladar al bolsillo a través de la cadena de comercialización. Puede tardar uno o tres meses en hacerlo, dependiendo de la cadena de distribución. Que haya una menor variación de la inflación no implica que habrá menos inflación». «