Alejando Toledo nació pobre, se formó en universidades prestigiosas de Estados Unidos y alcanzó la presidencia del Perú. Si me buscan en Google me encontrarán como el padre del milagro peruano bromea, a modo de presentación. Exagera, pero algo de eso hay. Su Gobierno inició un ciclo de crecimiento económico que todavía se mantiene. Y lo hizo siguiendo la receta del libre mercado, lo que lo convirtió en ícono de los nostálgicos neoliberales de la región.
Toledo pasó por la Argentina para presentar su nuevo libro, «La Sociedad Compartida», donde expresa su visión sobre el futuro de América Latina. Impulsor de la Alianza del Pacífico, defensor del polémico Tratado del Transpacífico y suscriptor de una decena de tratados de libre comercio para su país, fue pionero en políticas que hoy promueve el gobierno de Mauricio Macri. Esta semana, por caso, el ministro Francisco Cabrera sugirió que el país debiera avanzar hacia un tratado de libre comercio con Estados Unidos, algo que Toledo hizo una década atrás. El jueves, un rato antes de su encuentro con Tiempo Argentino, el ex mandatario se reunió durante más de una hora con el presidente Macri. ¿De qué hablaron? Sobre estas cosas, sobre la necesidad de que haya menos política y más liderazgo, más gestores y menos politiquería, resume Toledo, promotor de un paradigma político que se expande fuerte por la región: una suerte de tecnocracia con sensibilidad social.
Ya no somos los productores de las crisis del mundo. Tenemos buenos ministros de economía, buenos técnicos, pero todavía nos queda generar gestores que permitan llevar el crecimiento a los pobres dice Toledo, quién dejó su gobierno en 2006 con alto crecimiento económico y bajos niveles de popularidad. Este año, de hecho, quedó cuarto en las elecciones que ganó su ex ministro de economía, Pedro Kuczynski. El ex mandatario tiene una explicación para ese curioso fenómeno político: Los pobres no pueden seguir esperando que las cosas algún día mejoren, necesitan que las cosas mejoren ya. Y nosotros somos los responsables de que eso pase. ¿Tiene una receta? Los economistas usamos los instrumentos para pronosticar el pasado. Tenemos que empezar a usarlas para anticipar el futuro. Porque si no tomamos decisiones hoy, no pensando en las próximas elecciones sino pensando en las próximas generaciones, nuestros hijos van a estar muy molestos con nosotros.
En el diagnóstico, Toledo parece coincidir con su denostado populismo: Estamos celebrando los centenarios de nuestra libertad. No sé de qué independencia hablamos, si todavía no nos hemos liberado de la dependencia económica en nuestros países. Dependemos de las materias primas, cuyos precios en el mercado internacional nosotros no controlamos y estamos sujetos a esa vulnerabilidad. Necesitamos diversificar la composición del crecimiento económico, darle valor agregado a nuestra producción dice el mandatario, con palabras de cuño nac & pop. La diferencia, claro, está en tratamiento. Toledo propone salir de esa maldición firmando tratados de libre comercio con los países que históricamente explotaron a la región.
-¿No hay una contradicción entre promover el valor agregado de nuestras materias primas y favorecer con esos tratados la importación de productos manufacturados?
-Para nada, porque esos acuerdos permiten fijar límites a los términos de intercambio. Podemos exigir, por ejemplo, que nos compren productos con algún valor agregado. Hoy, por el contrario, ellos se llevan la materia prima y nos mandan los productos. Nos falta unirnos más para ponerle complementariedad económica a la unidad latinoamericana y poder salir a competir con el mundo.
Antes de su encuentro con Tiempo, Toledo expuso su tesis en la Universidad Torcuato Di Tella. El ex presidente aprovechó el escenario para combinar su propuesta económica con la educación: Tenemos que usar los recursos naturales para invertir en la mente de nuestros ciudadanos, generar capital humano. Estados Unidos le hizo una gran favor a Japón cuando le limitó el uso de recursos en armamentos, porque invirtieron en la mente de su gente.
-Esa asignación de recursos es potestad de los estados. Pero antes dijo que se necesitaba menos política. ¿Sugiere que un estado con más técnicos y menos políticos asignaría los recursos con mayor sensibilidad social?
-Sólo se pueden tener los recursos económicos para distribuir cuando se crece. Necesitamos crecer, pero entiendo que el crecimiento es un medio, no un fin. Yo no creo en el derrame. Necesitamos liderazgos que tengan la capacidad de tener políticas sociales deliberadas, que hagan buen uso de los beneficios del crecimiento económico. «
Evalúan un acuerdo comercial con EEUU
El ministro de la Producción, Francisco Cabrera, había pronunciado el jueves pasado la siguiente frase: «Es muy importante ir hacia un acuerdo de libre comercio con los Estados Unidos y queremos que este país sea el primer inversor extranjero en la Argentina». Lo dijo en una disertación ante la Cámara de Comercio del país del norte, ante una platea que también integraban unos 40 empresarios argentinos. Junto a ellos había comenzado una su gira por Washington, en la que también se reunió con su par norteamericana, Penny Pritzker.
Pero la canciller Susana Malcorra salió a desmentirlo pocas horas después, cuando aclaró que «no hay nada concreto» sobre ese eventual entendimiento de Libre Comercio entre países con los Estados Unidos, y advirtió que es sólo una idea aspiracional».
Malcorra desestimó lo dicho por el titular de la cartera de Producción, al asegurar: «Cualquier cosa que hagamos tiene que partir, como siempre lo decimos, del bloque del MERCOSUR». Pero al mismo tiempo, la jefa del Palacio San Martín se ocupó de puntualizar que «no hay nada concreto aún como para poder discutirlo».
La canciller efectuó estas declaraciones en el marco de las sesiones de la XXV Cumbre Iberoamericana que se lleva a cabo en Cartagena, Colombia. En esa ocasión, también dejó abierta la posibilidad concreta de que se produzca una reunión entre cancilleres del Mercosur, para analizar la conflictiva situación en Venezuela.