A pesar de la hipótesis tranquilizante que nos plantea que la sustentabilidad es posible lograrla a partir del desarrollo de las energías renovables, debemos reconocer que un mundo de energía limpia, confiable y segura no está a la vuelta de la esquina. Según los estudios prospectivos de la Agencia Internacional de Energía, de algunos gobiernos y de algunos importantes thinktanks a nivel mundial, la mayoría de las necesidades de electricidad del planeta seguirán siendo generadas por el carbón y el gas natural en 2040. Esta situación va a ocurrir a pesar del fuerte crecimiento en energías renovables no hidráulicas como la eólica, la solar y la geotérmica. También se espera que el fenómeno del shale que ha logrado ubicar a EE UU nuevamente como un gran productor mundial de petróleo disminuya y que Arabia Saudita se reafirme como el principal productor de petróleo del mundo para 2030, con las implicancias geopolíticas que esto tiene ya que los países de la OPEP aumentaran su participación en la producción mundial de petróleo, el cual seguirá siendo un elemento irremplazable todavía por varias décadas.
El 40% de la energía primaria que consume el mundo se utiliza para la generación eléctrica y si bien en los últimos años la generación a partir de fuentes renovables como la eólica, solar y geotérmica han crecido en forma acelerada, el resultado todavía es pobre. Entre 2000 y 2016, el mundo invirtió la friolera suma de 4 billones (4.000.000.000.000) de dólares en energías renovables, donde los subsidios fueron el gran impulsor de estas inversiones. Sin embargo, el resultado para la generación eléctrica, que es el sector a donde aportan las renovables, es bastante pobre: a nivel global se pasó de un 19% de participación de renovables a un 24%, donde el 60% es aportado por la generación hidráulica. Los estudios prospectivos nos dicen que para 2040, la participación de las renovables en la generación eléctrica alcanzarán un 33%, donde la mitad será aportada por la generación hidráulica, pero como la demanda de energía eléctrica crecerá más del 40%, el consumo en valores absolutos del gas y el carbón crecerá a pesar de esta mayor participación de las renovables.
El desarrollo de las energías renovables no es solo una tendencia de los países ricos. Entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que en su mayoría incluye países altamente desarrollados, las energías renovables se están expandiendo un 4,6 por ciento al año. Entre los que no pertenecen a la OCDE, la cifra es del 7,4 por ciento. En los próximos 25 años, las energías renovables representarán aproximadamente el 43% de las nuevas centrales eléctricas de África, el 48% de las de Asia y el 63% de las de América Latina. Solo en Asia se proyecta agregar 1587 plantas de energía renovable, casi tantas como el resto del mundo combinado. Sin embargo, incluso después de este auge de las energías renovables se estima que la participación total de estas fuentes en la generación eléctrica mundial será de solo 17% para 2040, ya que el carbón (31 por ciento) y el gas natural (24 por ciento) seguirán fuentes de energía de bajo costo y confiables. A nivel de fuentes primarias, el mundo pasará de un 86% de consumo de petróleo, carbón y gas a un 78% en 2040.En este escenario, los combustibles fósiles todavía forman parte del futuro y la sustentabilidad sigue siendo una asignatura pendiente.
*Centro de Estudios de Energía, Política y Sociedad periodista