A pesar de las palabras esperanzadoras del ministro Jorge Triaca y su proyección de crear 300 mil puestos para 2017, las propias cifras del gobierno muestran que la generación de empleo está lejos de ser una realidad. El presente está mucho más cerca de la precarización que del «trabajo de calidad» que impulsa Macri: la ocupación creció en los sectores con peores sueldos y condiciones laborales.
Se considera que los asalariados privados son aquellos que están en mejores condiciones dentro del universo laboral, ya que, por ejemplo, reciben aportes de la seguridad social y están bajo el paraguas de los convenios colectivos de trabajo. Entre noviembre de 2015 y noviembre de 2016 se perdieron más de 74 mil puestos privados, mientras que en el mismo período se sumaron 22 mil asalariados públicos, 10 mil de casas particulares y 70 mil monotributistas y autónomos que explican los 31.200 nuevos trabajadores que registró el macrismo.
«Todo lo que tienda a disminuir en el sector formal la cobertura legal de convenio colectivo de trabajo o de organizaciones sindicales para alimentar otras formas de inserción en el mercado, habla de una estructura ocupacional que tiene un nivel creciente de precarización», explicó Luis Campos coordinador del observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma.
El gobierno explicó que el aumento de los monotributistas guarda relación con los cambios en la Asignación por Hijo. Pero Campos arriesga otra hipótesis. «Es posible que ante la caída de trabajos registrados, una parte de esos asalariados que estaban en el mundo formal pasen al monotributo. En general el asalariado registrado está acostumbrado a la formalidad y es lógico que quiera mantenerla. Por ejemplo para conservar la obra social. Eso sí estaría dando cuenta de una mayor precarización de la estructura ocupacional», analiza.
El salario neto promedio del tercer trimestre de 2016 (el último disponible) según el Indec fue de $ 16.889. Si se deja de lado la estacionalidad, los sectores que más empleos generaron entre octubre y noviembre últimos fueron la construcción, con 2950; comercio y reparaciones, con 843; transporte almacén y comunicación con 2176; hoteles y restaurantes con 1580; enseñanza con 943 y servicios de salud y servicios sociales con 799.
Salvo por transporte, el resto de los sectores tiene salarios por debajo de la media nacional. Del grupo, los peor remunerados son los hoteles y restaurantes ($ 10.127), seguidos de cerca por enzeñanza ($ 10.855), construcción ($ 11.972), y comercio ($ 14.765). Actividades inmobiliarias ($ 14.524) y servicios sociales y servicios de salud están más cerca de la media ($ 15.728).
Campos aporta un dato para explicar al aumento en salud y educación. «Hay un crecimiento del empleo registrado en actividades vinculadas al crecimiento vegetativo de la población. Todos los años aumenta en promedio un 1 por ciento. Actividades como educación y salud en el mediano plazo tienden a crecer por la existencia de más personas», explica.
Sin embargo uno de los sectores que perdió más empleos es el de la industria que tiene un salario neto promedio que supera a la media nacional ($ 20.294). Entre octubre y noviembre de 2016 se destruyeron 3420 puestos, pero la situación es mucho más grave si se la compara con la de noviembre de 2015: son 49.938 los trabajos que dejaron de existir en uno de los sectores que emplea más personas en la Argentina. «Desde septiembre de 2015 la industria ya lleva 14 meses de caída ininterrumpida del empleo registrado, siempre según la serie desestacionalizada», explica Campos.
En ese mismo período y a pesar de las promesas de volver a la obra pública como uno de los faros del crecimiento económico, la construcción perdió 34.402 empleos registrados. «Donde más cayó el empleo fue en industria manufacturera y la construcción. Este proceso que había comenzado en los últimos tres o cuatro años se intensificó en 2016», señala Campos. Y agrega: «La caída en la construcción se explica básicamente por 2016. Es la peor caída desde que hay registros del Instituto de Estadísticas (2007). Y podría agregar que es la caída más importante desde 2002», asegura.
Comercio, servicios sociales y agricultura fueron los que más sumaron desde entre 2015 y 2016: ninguno supera la media salarial y agricultura tiene el dudoso honor de tener casi los peores sueldos del país, con poco más de $ 8900 promedio. En el otro extremo se ubica la explotación de minas y canteras que, con sueldos mayores a $ 55 mil en promedio, perdió en un año 5113 puestos. «