Miguel Ángel Bustinduy formó parte de la Comisión Directiva de la UTA desde 1995 hasta diciembre de 2018, cuando decidió dar un paso al costado y formar la Agrupación «Juan Manuel Palacios», con la que intentó disputar la conducción.
–¿Cuándo empezó a militar en el movimiento sindical?
–En 1993 formé parte de la fundación del Movimiento de Trabajadores Argentinos (MTA, que dirigía Hugo Moyano). Vi la necesidad de formar un movimiento dentro de la CGT que pudiera empezar a pelear la política del gobierno de Menem.
–¿Cómo era la relación entre Juan Manuel Palacios (titular de la UTA) y Roberto Fernández?
–Todos integrábamos el mismo Consejo Directivo.
–¿Qué motivó la fractura?
–Las disidencias en el proceder. El verticalismo y el manejo piramidal de la estructura sindical nos llevó a irnos. Los pasos que fue dando nuestra organización con relación al movimiento obrero y a nuestros afiliados. Planteamos las disidencias durante años pero no fueron realizables. Entonces decidimos formar la agrupación «Juan Manuel Palacios». Nos presentamos a elecciones pero nos proscribieron porque la junta electoral la maneja Fernández. Queremos que cuanto antes los trabajadores vuelvan a tener su sindicato y reorganizar nuestra organización que está desmadrada.
–¿Con Palacios era distinto?
–Nos sentíamos un gremio. Teníamos otras posiciones y otra presencia con el movimiento obrero.
–¿La disidencia tiene que ver con la situación interna o con el posicionamiento con relación a la CGT?
–No fue un tema puntual. No estamos de acuerdo con el trabajo en general. Falta caminar la calle, hay ausencia gremial, no tenemos trabajo social, no tenemos salud… la disidencia no empieza en un día, son planteos de años. Uno va viendo que todo se deteriora. A eso se suma la posición en el movimiento obrero. Jugamos con uno pero vamos a ver qué dice el otro…
–En el paro del 18 de diciembre de 2017 la UTA no participó. ¿Ustedes qué dijeron?
–Estuvimos en contra. Lo mismo que en todos los acuerdos salariales que siempre estuvieron detrás de la inflación. Hay que hacer un replanteo. No es fácil la decisión de irse, adentro tenés tu oficina, estás bien económicamente. Pero en un contexto gremial, se necesita otra organización para representar a los trabajadores. La UTA ya no es un gremio, pasó a ser una sociedad anónima familiar.
–¿Cuántas líneas pararon el 30 de abril?
–La gran mayoría. Más de cien. Pero ninguna línea de Capital Federal y GBA cumplió todos los servicios. Algunos fueron totales pero los que trabajaron lo hicieron en un 10 por ciento.
–O sea que las que pararon no lo hicieron sólo por su influencia.
–Conversamos con todo el mundo pero el deterioro de la organización hace que la gente busque un canal de conducción. La negligencia se paga. El canal de Fernández fue parar el 1 de Mayo por Ganancias cuando ganamos 34 mil pesos más 4000 de viáticos. No sufrimos Ganancias. Estamos cada vez peor.
–¿Cómo ve la situación política?
–Yo soy un trabajador. Como todos, siento angustia. En el palco, el 30 de abril, sentí que yo lo había vivido. Nos pasó con la CGT Brasil, con el MTA y ahora con el Frente Sindical. Cuando a un trabajador no le alcanza para comer o empieza a pedir un crédito para pagar los servicios, algo anda mal. En este país, los trabajadores sabemos lo que es vacacionar y vivir felices. Los compañeros se resisten a creer que esto es normal.
–¿El 30 de abril tiene que tener continuidad o hay que ir directo a octubre?
–Depende del gobierno. En el Frente Sindical tomamos las decisiones entre todos y vemos que hay una efervescencia porque la gente pierde el poder adquisitivo. Son problemas insalvables. Estuvieron tres años y medio gobernando y dijeron que habría pobreza cero y habría un país feliz, y que la inflación era una boludez. No quiero que se vayan antes, pero que no tiren la responsabilidad a otro.
–¿Que no se vayan antes implica que hay que apuntar a las elecciones?
–Depende del gobierno. Nosotros vamos a seguir juntándonos y profundizando el reclamo si siguen en esa política.
–El FreSiMoNa se identifica con la candidatura de Cristina. ¿Está ubicado en ese campo?
–El Frente Sindical trabaja por la unidad del peronismo. Si de esa unidad la referente es Cristina, acompañaremos a Cristina. Pero trabajamos por la unidad del movimiento obrero.
–¿El binomio que conduce la CGT está agotado?
–Yo creo que sí. En su momento hubo que apelar al triunvirato. Si quedan dos es porque ya viene con un desgaste.
–¿Es por la política conciliadora con el gobierno?
–Sí, y eso también sufrió un desgaste porque no trajo resultados. Por algún motivo tuvieron esa posición. No es algo nuevo en el movimiento obrero, pero cuando llega el momento de jugarse siempre aparece algún sector que se pone al frente.
–¿Quién es su referente para encabezar la CGT?
–Es algo que deciden todas las organizaciones. Personalmente tengo un nombre pero si se lo digo, no estaría construyendo porque sería una imposición. «
La pelea entre Agrale y Mercedes Benz
–Analistas gremiales atribuyen la interna de la UTA a la disputa entre las líneas Metropol y DOTA por la compra de carrocerías, que usted juega para DOTA-Agrale y Fernández para Metropol-Mercedes Benz. ¿Qué responde?
–Es algo que circula. Mi relación de dependencia es con DOTA, la línea 28 fue mi primer trabajo a los 21 años. Para integrar el Consejo Directivo hay que venir de alguna empresa.
–¿Cómo reaccionó DOTA con el paro del 30?
–Como todas las empresas, pidieron que el paro fuera el 1 de Mayo porque por la crisis, ya nadie sale a pasear y les conviene tener los coches parados. Si el secretario general de la UTA incide en la decisión de una marca de carrocerías estamos en problemas, no es su función.
–¿Roberto Fernández juega para una?
–Las empresas que no usan Mercedes Benz tienen problemas y eso está acreditado en la Secretaría de Trabajo. Yo nunca le dije a ningún empresario de colectivo dónde tiene que comprar sus coches. Nunca vendí un colectivo ni jugué para ninguno. No todos pueden decir lo mismo.