Una masiva manifestación de trabajadores aceiteros de la región de Rosario se realizó ayer en las afueras de la planta de Dreyfus en General Lagos, al sur de Rosario, para poner de relieve su respaldo al paro que están desplegando desde el miércoles 9 de este mes junto con los recibidores de granos del sindicato Urgara, y que es continuidad de un plan de lucha que arrancó en octubre último.
Esta actividad se dan en momentos en que las empresas del sector, las cerealeras y la industria del crushing que le está subordinada, incrementan su presión pública para lograr una intervención del gobierno para que dé fin a la protesta. El Ministerio de Trabajo convocó a las partes a principios de mes, pero de esos encuentros no surgió acuerdo alguno. A la fecha no hay negociaciones entre las partes.
Daniel Yofra, secretario general de la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, señaló en la actividad que las empresas desconocen el acuerdo salarial firmado en abril pasado. Y con respecto a la continuidad de las medidas, subrayó: “Lo que nosotros necesitamos para continuar el paro es la conciencia de los trabajadores, y ellos la tienen”.
Entre los aceiteros y los recibidores de granos ya es una consigna que se dice en las asambleas que pasarán la Navidad en medio de la lucha. En ese sentido, muchos recuerdan que en el año 2015 los aceiteros llevaron adelante una huelga que duró 25 días.
Yofra explicó: “El motivo del paro y las medidas de lucha es muy sencillo, nosotros estamos reclamando un incremento salarial, un reajuste que habíamos firmado el 30 de abril último y que la empresa hoy se niega a dar. Nosotros siempre pedimos lo que dice el salario mínimo vital y móvil”.
En este caso, se ha dado una confluencia inédita de sindicatos que llevan adelante la huelga. De un lado, la Federación Aceitera, que dirige Yofra. Del otro, los recibidores de granos agrupados en el sindicato Urgara, que conduce Pablo Palacio. A ellos se les sumó el sindicato aceitero de San Lorenzo, que no integra la Federación y tiene autonomía para resolver sus medidas y negociaciones salariales.
Esta unidad de acción explica por qué el paro ha tenido tanto impacto sobre el movimiento de los puertos de granos, donde no se cargan porotos de soja o granos de trigo ni derivados industrializados en los barcos desde hace 12 días.
Cien millones de dólares
La industria sintió el golpe de la medida desde el primer día. En uno de los comunicados de la Cámara de la Industria Aceitera (Ciara) y la Cámara de Exportadores de Cereales (CEC), se decía que el sector estaba perdiendo 100 millones de dólares diarios. Palacio, de Urgara, contestó: «¿Alguien puede creer que estas empresas pierdan 100 millones de dólares al día y no puedan afrontar un aumento salarial para sus trabajadores?». El sindicalista observó que con «un solo día de los siete que lleva la huelga les alcanza y sobra para pagar el aumento de todo el año a todos los trabajadores».
Con todo, más que pérdidas, el sector está postergando los envíos. Si se llega a un acuerdo, los cargamentos se realizarán. La posibilidad de que el conflicto se destrabe, con todo, no está clara. «Estamos solicitando que detengan la huelga y vuelvan a la mesa de negociaciones lo antes posible. Hasta ahora no hay respuesta», dijo el viernes pasado Gustavo Idígoras, titular de Ciara-CEC.
En tanto, un informe publicado anteayer por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) analizó que «se destaca el retraso de los embarques en relación al programa de carga de buques debido a diversos conflictos gremiales que vienen afectando la actividad de exportación e industrialización en noviembre y diciembre».
Según la BCR, al 16 de diciembre se llevan despachadas 657.262 toneladas de maíz, representando solo un 38% de los 1,7 millones de toneladas programadas para despachar en todo diciembre. La entidad indicó que, además, el atraso más notorio se registra en los subproductos de soja. Para el caso de la harina/pellets de soja se han embarcado solo 586.806 toneladas de los 2,3 millones de toneladas planificadas para embarcar en este mes, lo que equivale a un 25% del total a enviar al exterior antes de fin de año. En el caso del aceite de soja, la carga dispuesta para diciembre totaliza 614.504 toneladas, de las cuales solo se embarcó el 14%, unas 86.370 toneladas. A la fecha hay 111 barcos esperando para cargar unos 2,5 millones de toneladas de granos y derivados, según datos del sector.
Las empresas que integran las cuatro cadenas de los principales cultivos (soja, trigo, maíz y girasol) advirtieron: «Es el momento en que el Estado nacional debe tomar el rol de árbitro para lograr solucionar las diferencias entre las partes y que los puertos vuelvan a operar en forma urgente». «