La apropiación de los trabajadores sobre el valor agregado en la economía retrocedió en el segundo trimestre de 2023 con relación a lo que había sucedido en el primero. Así lo indica el informe de Cuenta de Generación de Ingresos e insumo de mano de obra difundido hoy por el INDEC.

Mientras que durante el primer trimestre la remuneración al trabajo asalariado equivalía al 48,1% del valor agregado que la economía generó durante ese período en el segundo trimestre el porcentaje se redujo hasta el 44,6%. Del otro lado, las ganancias empresarias escalaron desde un 38,8% hasta un 45,4%. El denominado “ingreso mixto” que agrupa a aquellos emprendimientos familiares o unipersonales en los que se hace imposible discriminar entre salarios y ganancia perdieron 2,2 puntos de participación porcentual pasando de un 15% a un 12,8% el PBI.

Mejora interanual

La comparación entre diferentes trimestres, sin embargo, omite la estacionalidad del empleo producto de las características de las diversas actividades. Si se realiza una comparación con relación al mismo trimestre del año pasado la realidad resulta diferente en la medida en que, en 2022, la participación de los asalariados en el PBI durante el segundo trimestre del año había caído hasta un 40,8% y, por lo tanto, se verifica una mejora de 4,6 puntos porcentuales.

La mejora en la participación del ingreso en el último año resulta contradictoria con la evolución de los salarios que, según datos del propio INDEC, crecieron un 106,2% en promedio en el cuatrimestre cuando la inflación lo hizo en un 112,9%. Por eso, en términos reales, el salario promedio retrocedió en un 3,12%.

La recuperación de la participación de las remuneraciones totales se explica, por un lado, por la caída general del PBI que en términos reales según datos de la misma CGII, retrocedió un 4,33% y, a la vez, por el crecimiento en el número de trabajadores asalariados totales que se incrementaron en un 1,95%.

Dicho de otra forma, mientras los salarios a escala individual perdieron con la inflación, por la suba en el nivel de empleo, la masa salarial (la suma de todos los salarios) retrocedió menos que el PBI general afectando, en este caso, la participación del excedente de explotación bruto (ganancias) de los empresarios.

Con todo la situación todavía está muy lejos del mentado “fifty-fifty” al que, en rigor, se había llegado e incluso superado en 2016 y 2017 cuando las remuneraciones al trabajo asalariado, en promedio, llegaron a explicar el 51,8% del PBI.