“Más de 5 millones de argentinos no pueden acceder a una alimentación básica”, es la conclusión que arroja el último informe del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV). El documento advierte que “entre 2016 y 2018 se duplicó la cantidad de argentinos que no pueden cubrir una alimentación básica”.
Entre los motivos principales que explican esta situación, se encuentra el incremento de precios de los alimentos básicos en los últimos 12 meses: “la leche aumentó un 88,7%; la manteca, un 88,3%; las salchichas, un 84%; los fideos, un 74%; el arroz, un 70,9%, y el pollo, un 70,3%”.
“La Universidad Católica Argentina (UCA) estima que mientras en 2015 el porcentaje de indigentes alcanzaba el 4,5%, en 2018 pasó a alcanzar el 6,1%. En el caso de los menores (0 a 17 años), el porcentaje pasó desde el 7,8% hasta el 10,9%, por lo que una de cada 10 niñas, niños y adolescentes no llegarían a cubrir siquiera un consumo alimentario básico”, expone el documento.
En el mismo sentido, apunta: “La tasa de indigencia pasó del 6,3% en el primer semestre de 2016 al 6,7% en el segundo semestre de 2018, lo que supone un aumento de más del 6%; mientras que en el Gran Buenos Aires la tasa subió del 6,2% al 7,3%, o sea un incremento de más del 17%”.
El informe agrega que “en el segundo semestre del 2018, la pobreza alcanzó al 32% de la población, un aumento de 6,3 puntos porcentuales en relación al mismo periodo del año anterior y significó que casi 2,7 millones de argentinos pasaran a tal condición en apenas 12 meses”.
En paralelo, en base a datos del INDEC y del Ministerio de Trabajo, el documento de la UNDAV indica que “entre julio de 2018 y julio de 2019, los alimentos y bebidas aumentaron casi el doble que lo que aumentó el salario mínimo”.
“En ese período –detalla- mientras los precios de alimentos y bebidas se incrementaron un 60,8% el salario mínimo sólo aumentó un 31,6%, los salarios medios registrados un 40,5%, y las jubilaciones un 42,4%: todos los ingresos perdieron poder de compra”.
“Desde 2015 se observa que el Salario Mínimo Vital y Móvil ha perdido poder adquisitivo prácticamente de forma ininterrumpida, en especial a partir del 2018. El mismo ha caído un 24% desde diciembre del 2017 y un 36% desde mediados del 2015”, apunta el informe.
Por último, como contracara de la crisis alimentaria, el informe señala en base a datos de CAME que “las ventas minoristas de alimentos y bebidas han caído en 39 de los últimos 43 meses en los comercios PyME”.
“Por la gravedad de la situación, están proliferando los clubes de trueque en distintos puntos del Gran Buenos Aires como forma de satisfacer las necesidades del hogar por medio del intercambio de bienes y servicios de forma no tradicional”, sentencia el documento.