El veranito financiero, caracterizado por la paulatina baja de las tasas de interés y la estabilidad del precio del dólar, podría trastocarse rápidamente y convertirse en su contrario si a la incertidumbre electoral –que comenzará a incrementarse a partir de mayo– se suma el estallido de cualquier evento internacional, político o económico, de los muchos que se encuentran cerca del punto de ebullición.
Según el economista Salvador Di Stéfano, esta sumatoria de situaciones podría derivar en una restricción de los mercados a prestarle al gobierno argentino a fin de que pueda completar su programa financiero. Ello se sumaría a los menores desembolsos de dólares por parte del Fondo Monetario Internacional (así está previsto en el acuerdo firmado en octubre último).
«La política de acumular reservas con dólares prestados, y absorber pesos del mercado se repite este año. En 2017 se tomaban préstamos en dólares de privados, se los canjeaban por pesos y a estos se los absorbían con Lebac. Hoy nos presta el FMI y lo absorbemos con Leliq. Cambian los nombres, no las consecuencias», dijo el economista.
El BCRA, que dirige Guido Sandleris, resolvió incrementar a 75 millones de dólares la posibilidad de compras diarias de divisas y subió en 20 mil millones de pesos el volumen de la base monetaria por las compras de enero. Para la autoridad monetaria, ese incremento de la base monetaria no es inflacionario. «