La industria que procesa carnes está feliz. El gobierno nacional está decidido a otorgarle una serie de beneficios que redundarán en una mejora sustancial de las ventas y, en definitiva, de las ganancias.

En la tarde de este jueves 17, el presidente Mauricio Macri recibió en la Residencia de Olivos a representantes de esta industria y les prometió una batería de medidas.

Con el argumento de incrementar la productividad del sector y su competitividad, Macri aseguró que se encuentra «bajo análisis» la estructura de costos laborales del sector. La misma fórmula ya ha sido empleada en acuerdos de flexibilización laboral o angostamiento de derechos en convenios colectivos del petróleo y la construcción, entre otras actividades.

Respecto de la parte impositiva, en la reunión se avanzó con un esquema que apunta a desgravar la actividad de engorde de novillos a fin de hacer más rentable este eslabón de la cadena.

Cabe recordar que en el sector ganadero bovino se viene planteando que el gobierno baje el peso mínimo de faena de las hembras, a 270 kilos, lo que les permitiría despachar animales con menores costos de producción.

Además, el argumento que se escuchó en Olivos fue que los mercados externos reclaman ganado con mayor peso que el que se prepara en la Argentina. Entonces, para alcanzar ese objetivo, el Estado resignaría ingresos ahora con la expectativa de que esos fondos aparezcan al final del ciclo comercial, vía mayores exportaciones y empleo.

Los productores de ganado también insistieron la eliminación de la retención a los cueros, un reclamo que mantienen desde hace tiempo. Resulta que la exportación de cueros sin elaboración tiene un tributo del 15%, por lo que el precio local se deprime, lo que es aprovechado por las curtiembres. Una eliminación de la retención subiría en forma inmediata el precio local y lo equipararía con el de Chicago, que es patrón internacional.

Lo cierto es que una combinación de estas medidas redundaría en un incremento sustancial de los ingresos de cabañeros y feedlots, entre otros.

La reunión también repasó otras medidas que se han charlado previamente y que favorecen a los productores de carne, como una mayor presión fiscal sobre el sector minorista (que compensaría la reducción fiscal apuntada) y el aceleramiento de la implementación de un programa de garantías prendarias que abarataría los créditos.

Este fue el tercer encuentro personal del presidente Macri con la Mesa de Carnes. Participaron también el secretario de Coordinación de Políticas Públicas, Gustavo Lopetegui; el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile; los secretarios de Agricultura, Ganadería y Pesca, Ricardo Negri; y de Mercados Internacionales del Ministerio de Agroindustria, Marisa Bircher; el secretario de Relaciones Económicas Internacionales de Cancillería, Horacio Reyser; el secretario de Trabajo de la Nación, Ezequiel Sabor; los subsecretarios de Ganadería, Rodrigo Troncoso; y de Control Comercial Agropecuario, Marcelo Rossi; el presidente del Senasa, Luis Dillon; el subdirector general de fiscalización de AFIP, Marcelo Costa; y el presidente del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes), Marcelo Colom.

Por el lado de los privados, estuvieron representantes de CRA, Sociedad Rural, Coninagro, CICCRA y el Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas, entre otros.

La Mesa agrupa a entidades de productores, sindicatos, industrias frigoríficas de consumo y exportación, asociaciones de criadores, consignatarios y cadenas comerciales.