La carne aumentó un 24% entre enero y febrero. En apenas dos meses la mitad de lo que se incrementó en todo 2018. La dolorosa novedad incendió el debate por los aumentos de precios y proyectó la incógnita sobre el futuro de este alimento clave de la dieta nacional.
Frente a los reclamos de explicaciones, los actores de la cadena de valor debatieron sobre las razones de los aumentos. Como resultado, los carniceros y la industria polarizaron con los ganaderos, a quienes acusan de haber trasladado todos los costos de golpe y además señalan por el extraordinario negocio de las exportaciones. El gobierno también salió desfavorecido.
Alberto Williams, vicepresidente de la Asociación de Propietarios de Carnicerías de la Capital Federal, atribuyó los aumentos a los ajustes de costos por parte de los productores a partir de la última semana de diciembre.
Williams expresó en el diálogo con Tiempo que las carnicerías empezaron a recibir precios remarcados a partir del 20 de diciembre. Según esta versión, a partir de esa fecha la carne llegó a los puntos de venta con aumentos semanales de entre 2 y 7 pesos.
«Al principio los productores se justificaban por la inundación (que afectó vastas zonas rurales del país en 2018), decían que los animales no se podían trasladar por el agua. Pero la inundación un día paró y la carne siguió aumentando».
Pero los carniceros aseguran que después de algunas quejas los productores terminaron reconociendo un ajuste por inflación que se terminó trasladando a los precios minoristas. «Un día surgió el comentario de que la carne en 2018 no había aumentado acorde al contexto y que por eso remarcaron. La industria no tiene nada que ver, son los productores los que buscaron un costo conveniente. Lo tendrían que decir ellos pero es así», consideró.
Según las carnicerías, los proveedores aumentaron sus precios un 50%. El traslado al consumidor minorista fue de menos de la mitad, un 23% promedio según la fuente (el IPC del Indec marcó un 24%) para contener la brutal caída del consumo. Williams agregó que entre enero y febrero las ventas cayeron el 20% y agravaron la situación de un segmento del comercio que en el último año sufrió el cierre de más de mil carnicerías que no pudieron renovar alquileres sólo en la Ciudad de Buenos Aires.
Pero lo peor no pasó porque los comerciantes anticipan que la carne va a seguir aumentando. «El gobierno no acertó nunca con los precios así que nosotros esperamos que mientras haya inflación van a seguir subiendo».
Una parte sustancial de la disputa sobre el precio de la carne señala los negocios de los ganaderos con las exportaciones. En pocas palabras, los dueños de las vacas venden cada vez más carne a los mercados del mundo, principalmente a China y Rusia, e indirectamente afectan la cantidad y la calidad de la oferta para el mercado interno.
La Cámara de la Industria y Comercio de Carnes de la Argentina (CICCRA) confirmó con números la tendencia exportadora. El 6 de marzo, en su último informe, señala que en el primer bimestre del año se exportaron 97 mil toneladas de carne, un 43,7% por encima de lo que se exportó en el mismo tramo de 2018.
En paralelo, en el mismo período el consumo aparente per cápita quedó en 50,8 kilos por habitante por año, un 9,9% por ciento menos que en el primer bimestre del año pasado.
El informe de la CICCRA, con la firma de su titular, Miguel Schiaritti, atacó directamente la política del gobierno nacional. En concreto, cuestionó la decisión oficial de bajar el peso de faena de hembras en un contexto de aumento sostenido de sacrificios de vientres, una medida que la Sociedad Rural aplaudió con una gacetilla de prensa. CICCRA lamentó que el gobierno procede de manera «irresponsable» y «temeraria» y que no sólo complica el futuro de la industria sino que hipoteca el consumo local que a pesar del bajón sigue y seguirá siendo culturalmente importante.
Pese al dato de las ventas al exterior, para Williams las exportaciones todavía no son relevantes para explicar lo que pasó con los precios en los últimos meses. En tanto, el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (IPCVA) coincide con las razones climáticas y la actualización de costos pero agrega una crítica a la liberación política del sector a «las leyes del mercado», que repercutió en desinversión y baja de rentabilidad de ciertos eslabones. «