Los 50 medicamentos más utilizados por los jubilados subieron en promedio un 157,8 por ciento, entre mayo de 2015 y agosto de 2018. En algunos casos, el alza supera el 300%. Así, lo afirma un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA). En el mismo período, el aumento en la movilidad jubilatoria fue del 111,9%. La abismal diferencia es de casi 46 puntos porcentuales.
“Al mismo tiempo que PAMI recorta sus prestaciones y disminuye la cobertura de medicamentos, se registra una tendencia preocupante de incremento sostenido de los precios de venta de los mismos”, sostiene el informe. Cabe recordar que las nuevas exigencias del PAMI para acceder a beneficios en los medicamentos incluyen tener ingresos inferiores a 1,5 haberes previsionales mínimos, no estar afiliado a un sistema de medicina pre-paga, no ser propietario de más de un inmueble, no poseer un vehículo de menos de 10 años de antigüedad, no poseer aeronaves o embarcaciones de lujo.
CEPA remarca que “si se incluyen los precios de la primera semana de septiembre y la actualización jubilatoria del mismo mes, se incrementa la diferencia, ya que el aumento de medicamentos alcanza el 172,1% y las jubilaciones sólo el 126,03%”.
De ese listado, los 10 que más aumentaron en el citado período son: Atenolol Gador (Atenolol), que subió un 351,2%; Sintrom (Acenocumarol), 338,5%; T4 Montpellier 100 (Levotiroxina), 289%; Micardis (Telmisartán), 289%; Bagó B1 B6 B12 (Vit-B complejo), 233,1%; Diurex (Hidroclorotiazida), 224%; Lasix (Furosemida), 218,1%; Glaucotensil TD (Dorzolamida+Timolol), 214,4%; Travatan (Travopost), 205%, y Louten (Latanoprost), 201%. En promedio, estos fármacos subieron un 256,33%.
La devaluación del peso con respecto al dólar influye también en esta cuestión. Si se tienen en cuenta la megadevaluación de la última semana de agosto, en promedio, “los precios de los 50 principales medicamentos aumentaron 5,5% en sólo una semana, mientras que el promedio de los 10 que más aumentaron alcanza el 11,2%”. De estos, curiosamente, el que más aumentó fue el Macril: 18,5%.
CEPA recuerda que “la mayoría de las personas mayores de 60 años consumen en promedio entre 4 y 8 medicamentos”, lo cual “hace inevitable el impacto negativo tanto en su economía como en su salud”. Según datos de ANSES del 2016, el 52% de las personas mayores de 60 años cobra una jubilación o pensión menor a la mínima o igual a la mínima.
Por otra parte, entre julio de 2015 y septiembre de 2018, otros insumos médicos y ayudas técnicas esenciales para la vida de muchos jubilados han sufrido también aumentos descomunales. Por ejemplo, el precio de una silla de ruedas motorizada se elevó en un 413,29%, al pasar de $ 22.748 a $ 116.764; en tanto, una silla de ruedas de aluminio subió un 284,25% (de $ 5.370 a $ 20.634). En el mismo sentido, una bolsa colectora de orina de 2 litros subió un 390,8% (de $ 24,26 a $ 119,07); un termómetro chato, sin mercurio, 379,88% (de $ 55,21 a $ 264,94); un nebulizador compresor a pistón, 301,3% (de $ 788 a $ 3.162); un andador con asiento y ruedas reforzado, 276,26% (de $ 2.890 a $ 10.874); una chata plástica, 149,87% (de $ 38,20 a $ 95,45), entre otras.