La abstinencia del fumador, su necesidad de consumir nicotina, genera trastornos de ansiedad que pueden provocar irritabilidad, ira, falta de sueño, frustración, ansiedad y hasta depresión. Son malestares que toda persona que desea dejar de fumar debe transitar. Sin embargo, según los especialistas, el único motor capaz de lograr que el fumador atraviese ese camino traumático de la mejor manera es su firme y personal decisión de hacerlo.
Sin embargo, se conoció hoy que, Néstor Palacios, el presidente de la Unión de Kiosqueros de la República Argentina (UKRA), debido a que las tabacaleras desde el 20 de marzo no están produciendo cigarrillos por el aislamiento, los faltantes en los kioscos serán “inminentes”.
El desabastecimiento, según el dirigente, ya golpeó con fuerza en algunas provincias como Chaco, Jujuy, Tierra del Fuego y Santa Cruz y comienza a manifestarse en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el GBA donde ya es imposible conseguir cigarrillos de las primeras marcas. Para la UKRA, el faltante encontrará su pico máximo antes del próximo domingo cuando comiencen ya decididamente a agotarse los stocks que tenían las fábricas y se fueron distribuyendo en kioscos y almacenes de todo el país.
Para el dirigente empresario apenas queda un remanente en Capital Federal y provincia de Buenos Aires y, además, aseguró que en conjunto con la Cámara de Distribuidores de Tabacos le han enviado una nota a Matías Kulfas, ministro de Desarrollo Productivo de la Nación, para que autorice a las empresas tabacaleras a producir y abastecer a los distribuidores.
Desde ya, aclaró, la intención es que se haga “con los protocolos sanitarios correspondientes en toda la cadena de comercialización para evitar contagios de coronavirus Covid-19”. Consultado sobre la respuesta oficial adelantó que “estimamos que esta semana tendremos una confirmación de la fecha de reapertura de la fabricación y de la reunión con el ministro”. Para los kiosqueros la venta de cigarrillos es clave porque “el porcentaje de rentabilidad de la venta de cigarrillos va desde un 45% hasta 70%, dependiendo de dónde esté ubicado el comercio, porque los que compran un paquete también se llevan una gaseosa, un alfajor y caramelos”.
Lo cierto es que, tanto para los kioscos como para los fabricantes y más allá de la situación del fumador, el escenario representa la oportunidad de despachar un stock de marcas que no suelen consumirse.
De cualquier forma, las estimaciones de los propietarios de kioscos indican que, incluso ese stock, en muy pocos días también se agotará y el desabastecimiento será total. Se ha conocido que algunos kioscos, aprovechando la dolencia de los fumadores llegan a vender un atado a $500.