La justificación oficial a la hora de disponer los 258 despidos en el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) fue por ausentismo reiterado, incumplimiento de horarios laborales y de desempeños y para ordenar a la institución, en concordancia con el resto de los organismos del Estado..
Sin embargo, a los pocos días de comenzado el conflicto se dio a conocer una declaración firmada por los 31 directores y responsables de Centros de Investigación y Desarrollo de la institución en la que manifestaron su rechazo a los despidos y consideraron, en nada contribuyen a construir un INTI mejor y que, por el contrario, atentan contra la continuidad de líneas de trabajo estratégicas para nuestro país.
El viernes 9 se dio a conocer un nuevo pronunciamiento donde se desmiente la versión oficial sobre supuestos «faltadores» seriales y trabajadores ineficientes.
Esta vez lleva la firma de al menos 167 mandos intermedios como coordinadores de unidades técnicas, jefes de laboratorio y áreas y responsables de sectores. En la declaración que suscriben aseguran que los despedidos son colaboradores imprescindibles para el cumplimiento de los planes de trabajo acordados con la dirección.
De manera taxativa aseguran que los despedidos tienen trayectorias de hasta 20 años, que no fueron puestos arbitrariamente sino seleccionados en base a criterios técnicos y que concurren regularmente a sus puestos de trabajo y lo desempeñan con profesionalismo y compromiso. Destacan que el INTI es responsable de una serie de controles que hacen a la salud y seguridad de la población, el ambiente y el comercio justo.
Por último, advierten que no aceptamos que después de 35 años de democracia en nuestro país un trabajador o trabajadora sea despedido por su actividad gremial. Es que, a diferencia de lo que sostienen las autoridades, el denominador común de los 258 despedidos es su participación en las asambleas del instituto y su actividad gremial. Del total de los despedidos, el 85% está afiliado a la Asociación de Trabajadores Estatales (ATE) y entre ellos, de hecho, se encuentran delegados de base electos, candidatos e integrantes de las diferentes agrupaciones que participan gremialmente dentro de ATE-INTI.
Detrás de los despidos subyace el intento de promover un negociado a través de la tercerización y privatización de servicios que ofrece el instituto así como la intención de quebrar toda organización gremial.
Entre los trabajadores no despedidos parece haber claridad sobre esas intenciones algo que se manifiesta en la solidaridad activa que va desde los trabajadores y técnicos, pasa por los jefes de área y llega hasta los directores.