Volvieron los fondos buitres. En realidad, nunca dejaron de estar, sólo que ahora se han transformado en actores superlativos del mercado financiero argentino. Sus compras de títulos de deuda argentina derivaron en una fuerte caída del riesgo país este jueves y en un alza de sus cotizaciones.
Los bonos de deuda del Estado argentino cotizan a la mitad de su valor; es decir, los especuladores e inversores sólo están dispuestos a pagar el 50% del valor nominal que tienen.
Esta caída se fue dando en etapas, desde el año pasado. El último empujón se dio tras las PASO, cuando se masificaron las ventas de estos bonos, tanto en Buenos Aires como en Nueva York. El derrumbe del valor de los bonos está provocado por la crisis económica y financiera que aqueja a la Argentina y que pone en duda la capacidad de pago de esos títulos.
En ese escenario, ¿quién se puede animar a comprar bonos argentinos?
«Hoy, los fondos están viniendo a comprar y están generando este rebote, ya con la visión de una reestructuración (de deuda) que no sería tan agresiva como al principio se imaginó el mercado local», dijo Nicolás Chiesa, de Portfolio Personal Inversiones (PPI).
El cálculo es simple: si una reestructuración de deuda implica la quita de hasta un 20% del capital, haber comprado los bonos a la mitad de su valor seguirá siendo un negocio redondo.
Para Chiesa se trata de una apuesta a que la restructuración de deuda que hará el próximo gobierno nacional será en términos mucho más beneficiosos para los poseedores de los bonos que lo que se creía.
A ello se suma que su valor es muy bajo, a pesar del alza del jueves y de los días anteriores. «Los precios de los bonos son de regalo, por lo que estamos viendo más órdenes de compra», dijo Leonardo Svirsky, de Bull Market Brokers.
Este panorama tiene una lectura política también. El mercado financiero comienza a sentirse cómodo con Alberto Fernández y sus propuestas de reestructuración de deuda. Y, al mismo tiempo, el presidente Mauricio Macri perdió la capacidad de generar temor entre los integrantes de ese mercado para el caso de que no obtuviera la reelcción.
Con la nueva demanda de bonos en auge, el riesgo país cayó con fuerza, hasta un 8,3%, a 1878 puntos. Así, encadenó su sexta caída consecutiva. Recuérdese que a principios de septiembre estaba en torno de los 2600 puntos.
Entre los bonos más demandados de estos días se encuentra el recordado Centenario, emitido en 2018 por el gobierno nacional y con una vida de 100 años. En su momento, la administración de Cambiemos mostró su emisión como un ejemplo del respaldo de los grandes inversores internacionales. Ahora su cotización se encuentra en el nivel del default, en torno del 45% de su valor original, y desde allí ha comenzado a levantar. Este jueves, su cotización se elevó un 6 por ciento.
Así las cosas, octubre podría deparar una sorpresa con precios de bonos subiendo y llegada de capitales especulativos. Una suerte de veranito financiero en medio del invierno, al calor de las declaraciones de Fernández sobre una renegociación “amigable” de la deuda externa. Luego de las elecciones, el proceso podría consolidarse. En ese escenario, el problema para el próximo gobierno sería que cuando llegue la hora de sentarse a negociar una reestructuración de deuda se encontrará del otro lado de la mesa con los enviados de los fondos buitres, expertos en pleitos.