El constante aumento de los precios minoristas y la interna del Frente de Todos hizo de 2022 uno de los años con más cambios de funcionarios de la historia en el área de Comercio Interior.
Por la dependencia pasaron Roberto Feletti, de filiación kirchnerista, quien venía en el cargo desde fines de 2021; Guillermo Hang, cercano al exministro de Economía, Martín Guzmán; Martín Pollera, otro referenciado en el kirchnerismo; y el actual secretario, Matías Tombolini, del riñón del ministro de Economía en funciones, Sergio Massa.
En el medio se desarrollaron políticas de control de precios de distinto orden y perfil con un denominador común: nunca abordaron problemas de fondo como la concentración en la producción y la comercialización o la cartelización de sectores clave. Aun en los meses en los que los precios desaceleraron su ascenso, lo hicieron desde niveles altísimos comparados con países de la región y el mundo.
Al iniciarse el año, el mundo asistía a la lenta salida de la pandemia de Covid y se esperaba una recuperación de la actividad económica. Pero la irrupción de la guerra ruso-ucraniana derivó en un aumento de los precios globales de los alimentos que tuvieron evidente correlato en el país.
Según el Indec, la inflación acumuló entre enero y noviembre un 85,3%. Sólo en tres de los 11 meses la carestía dio por debajo del 5%: enero, febrero y noviembre. El pico más alto se registró en julio, cuando el aumento fue del 7,4%. En agosto, con un 7%, empezó una leve desaceleración, que siguió con un 6,2% en septiembre y se podría decir que continuó con 6,3% en octubre. En el decimoprimer mes se produjo un descenso importante, con un alza del 4,9 por ciento.
Este último registro contrastó con otros, de carácter privado, que estuvieron por encima del 6%, pero entusiasmó a Massa, y lo alentó a reafirmar su objetivo de bajar la inflación al 3% en marzo próximo, en el inicio de la recta que desembocará el 13 de agosto en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO).
Idas y vueltas
El ciclo empezó con Roberto Feletti al mando de la oficina de Diagonal Sur al 600. Feletti cultivó un alto perfil y un discurso duro en relación a las empresas de mayor peso específico en la formación de precios.
En la práctica, propició varios acuerdos y tuvo pocos resultados: sostuvo el programa Precios Cuidados y logró duplicar el listado de productos; también lanzó canastas de verduras y renovó el plan Ahora 12, siempre con una estrategia de control que tensionó la relación con el mercado. También abrió fideicomisos para contener el precio interno de trigo y del aceite.
Mientras estuvo en su cargo, la inflación tuvo un primer momento de crecida (en enero fue del 3,9%, en febrero del 4,7%; y en marzo trepó al 6,7%) y un segundo tramo de enfriamiento (en abril cayó al 6% y en mayo, al 5,1%). En mayo renunció, pese a que la curva empezaba a descender, en medio de cortocircuitos con otros sectores del gobierno.
Ese contexto afectó de la misma manera a sus sucesores. A fines de mayo asumió Guillermo Hang, un hombre de confianza de Guzmán, que gestionó la renovación de la lista de Precios Cuidados de mitad de año y renunció antes de que se publicara, para sorpresa las firmas con las que negociaba. A Hang, tras la caída de Guzmán, lo siguió el economista Martín Pollera, quien duró tres semanas.
Tras un lapso breve con Silvina Batakis al frente de Hacienda, el nuevo ministro de Economía, Sergio Massa, designó a Tombolini, con competencias internas y externas.
Tombolini sigue en el cargo cuatro meses después, apoyado en la figura de Massa. Desde que asumió, el IPC cayó del 7% en agosto al 4,9% en noviembre. En el medio relanzó Precios Cuidados con la denominación de Precios Justos y gestionó un sendero de subas acotadas al 4% por mes con sectores puntuales de la industria. Cerca del cierre del año activó el Observatorio de Precios creado por ley en 2014 y cajoneado desde entonces.
En el último día del año parecería que el gobierno habría logrado esquivar lo que hubiese representado para su imagen terminar con una inflación del 100% o superior y el regocijo mundialista generalizado le sumó unas ráfagas de aire fresco en el plano del ánimo social.
Pero el objetivo plantea la incógnita de siempre sobre los formadores de precios, que fueron protagonistas todo el año y que por el poder que detentan volverán a ser jugadores controversiales en el año de las elecciones. «