Las reservas internacionales del Banco Central cayeron a U$S 42.981 millones, según dio a conocer la entidad en la noche del martes. Se trata del nivel más bajo de los últimos tres años, desde enero de 2017.
El dato consolida la tendencia bajista de los últimos días. En lo que va del mes el organismo perdió U$S 588 millones, y en las últimas seis ruedas el resultado de sus operaciones siempre fue negativo.
Los resultados de esa cuenta se ven afectados por múltiples factores, como la entrada de créditos internacionales, los pagos gubernamentales al exterior y los cambios de valuación de los activos en cartera. Pero hay dos que vienen impactando de manera sostenida en las últimas semanas. Uno de ellos es el retiro de dólares del sistema bancario por parte de los ahorristas, que quedan encajados preventivamente en el BCRA: en el último mes los depósitos bajaron U$S 989 millones, según el último dato oficial disponible.
El otro hecho destacable es la escasa liquidación de exportaciones en el mercado oficial, que convierte al Banco Central en el abastecedor excluyente de divisas. Esto ocurre a pesar de que el cepo cambiario, instaurado en los últimos meses de la gestión de Guido Sandleris al frente de la entidad, limitó la operatoria de compra sólo a las empresas que deben gestionar importaciones o pagar deudas en el extranjero. “Las ventas oficiales fueron las que volvieron a atender los pedidos de compra autorizados. Hubo escasa respuesta de la oferta privada, que sólo se hizo presente en los últimos minutos de la sesión, con órdenes de venta puntuales que no torcieron el rumbo de la cotización”, fue el análisis de la jornada del martes que realizó Gustavo Quintana, operador de la firma de cambios PR.
La escasa liquidación de exportaciones se produce a pesar de que en estas épocas del año ingresa la parte más sustanciosa de las ventas por la cosecha de cereales. Al respecto, las estadísticas que llevan en conjunto la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), referentes del sector que involucra un tercio de las exportaciones del país, revelan que las liquidaciones de divisas del primer cuatrimestre bajaron 17,8% con relación al mismo período del año pasado. Según ambas entidades, la razón principal se debe a las dificultades en el servicio de carga y transporte hacia los puertos por las restricciones de circulación obligadas por el coronavirus, aunque también reconocen “la venta anticipada de granos por los productores a fines del año pasado”, recurso al que muchos empresarios apelaron para esquivar la suba de retenciones que, se anticipaba, iba a imponer el gobierno entrante.
En los últimos tres años, el gráfico de las reservas internacionales fue un serrucho cuyos picos fueron los giros de dinero del Fondo Monetario Internacional, que se canalizaban a través de esa cuenta, y sus puntos más bajos los causados por la incesante fuga de divisas que durante el macrismo alcanzó los U$S 86 mil millones, según un reciente documento emitido por el propio Banco Central. Lo curioso es que uno de los propósitos del FMI era que una parte de su préstamo stand by sirviera para capitalizar al Central. Sus reservas llegaron a tocar un máximo de U$S 77 mil millones en abril del año pasado, pero el 40% de esa cifra se evaporó en menos de seis meses. Como si fuera poco, más de la mitad del monto atesorado responde a fondos indisponibles (respaldo de depósitos privados, acuerdos de intercambio de monedas con China, entre los principales), lo que hace que la disponibilidad neta de divisas por parte del organismo sea sensiblemente menor.