A pesar de que ya rige el segundo de los cuatro aumentos autorizados para los servicios de medicina prepaga, podría haber algunos más antes de fin de año. Esa necesidad fue planteada por Claudio Belocopitt, titular de Swiss Medical Group, una de las empresas más fuertes del sector.
“Hay que ver cómo termina el año, pero en la situación actual no llegamos a cubrir los costos. Gran parte de nuestros insumos están dolarizados y con las actualizaciones en los precios no alcanza”, señaló Belocopitt, quien también preside la Confederación Unión Argentina de Entidades de Salud (UAS), creada hace pocos meses y que agrupa a todas las entidades privadas que prestan servicios médicos. El empresario responsabilizó de la situación a la devaluación, más que a la variación de precios doméstica. “Si la inflación fuera del 0%, los costos de la salud aumentan un 7%”, ejemplificó.
Las cuotas de las prepagas habían aumentado 7,5% en mayo. Con posterioridad el gobierno aceptó una nueva actualización de 17,5%, pero la dividió en tres tramos no acumulativos: uno de 5,5%, que entró en vigencia este mes, y otros dos de 6% en los meses de agosto y septiembre. De esa manera, el incremento ya concedido en lo que va del año es de 26,3%. Desde enero, el dólar subió 12%.
Si bien el servicio prepago está destinado a los sectores de mayor adquisitivo, la crisis afectó fuertemente el negocio. Sólo en el ámbito porteño, la Dirección General de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires estimó que en los dos últimos años unas 140 mil personas debieron dar de baja este tipo de cobertura. Por eso en los últimos meses aparecieron planes low cost, que son más baratos pero abarcan una menor cantidad de prestaciones. “Hoy la gente que ya tiene una cobertura y quiere reforzar algún tipo de servicio puede contratar módulos que resultan mucho más económicos. Esto no resuelve los problemas del sistema, pero aporta un beneficio para los afiliados”, afirmó Belocopitt.