La esperada versión del programa Precios Justos para los comercios de cercanía, categoría que reúne almacenes de barrio y autoservicios, está muy cerca de su presentación, según confirmaron fuentes oficiales y del sector privado a Tiempo.
Se trata de un listado de 108 productos de consumo masivo de unas 60 primeras marcas de 32 proveedores, entre fábricas de alimentos, bebidas, limpieza y tocador al que los comerciantes chicos podrán acceder en el canal mayorista para su posterior venta al público.
Según las fuentes consultadas, la propuesta del gobierno es fijar precios hasta el 15 de julio y a partir de ese vencimiento autorizar un aumento del 3,8% mensual.
En el sector de los comercios de proximidad, que venden el 70% de los productos de consumo masivo en el país, esta canasta es una demanda de larga data que se incrementó en los últimos años a la par del recalentamiento de la inflación.
El lanzamiento se formalizaría este miércoles con la firma de empresas proveedoras, distribuidores y mayoristas, y sus respectivas cámaras empresarias, que tendrán la obligación de asegurar el abastecimiento, el precio y el transporte de los productos, precisamente, las variables que preocupan a los comercios de cercanía.
Los comercios de cercanía esperaban respuestas de la Secretaría de Comercio, que dirige Matías Tombolini, a una propuesta de una lista de unos 50 productos, elaborada entre almaceneros y supermercadistas chinos. Un referente del sector contó a Tiempo que el viernes de la semana pasada, en un encuentro informal con funcionarios de la dependencia del Ministerio de Economía, recibieron la confirmación de una lista que duplicaría esa cantidad con el nombre de Precios Justos Barriales.
El comerciante valoró que las autoridades hayan logrado el compromiso de grandes empresas y primeras marcas, pero tiró la pelota para el lado de los mayoristas: “Nosotros no adquirimos los productos en las fábricas, sino a través de los mayoristas que van a ser nuestro puente comercial para llegar al consumidor”, explicó.
Y agregó un primer planteo: “Nuestro reclamo fundamental fue tener la lista con los precios de compra y la lista con los precios de ventas porque nos pasó en programas anteriores que el mayorista nos quiere vender al precio al que nosotros supuestamente le tenemos que vender al público. Por eso es necesario que haya reglas claras. Con la misma velocidad que aumentan cuando sube el dólar blue, tienen que bajar ahora”.
El segundo reclamo dirigido a Comercio es que se garantice el abastecimiento: “También es fundamental estar aprovisionados. En experiencias previas, después del lanzamiento del programa, pasó que las mercaderías no se consiguieron; no se sabe si por picardía de las empresas proveedoras o porque los mayoristas no quieren acompañar. Esperamos con entusiasmo que esto se lance y ver cómo reaccionan los proveedores, si tienen ganas de ponerse la celeste y blanca o no”, concluyó.
Mayoristas
Desde el canal mayorista informaron que, al cierre de esta nota, la lista de productos seguía abierta y no descartaron la posibilidad de que se amplíe o reduzca para el momento de su presentación.
La fuente agregó que se negocian ciertos precios de salida de fábrica para los mayoristas; otros precios mayoristas para los comerciantes de cercanía; y precios minoristas para el público que compra en los puntos de venta. Sin embargo, no pudo precisar los porcentajes de incrementos para mayoristas y minoristas respecto de los precios de fábrica vigentes ya que la negociación sigue abierta.
Este sector coincidió en que una de las claves del funcionamiento del programa será el abastecimiento, y apuntó a la responsabilidad de la Secretaría de Comercio “porque es algo que acordó con las industrias proveedoras”.
Otro aspecto destacado fue el objetivo de “achicar la brecha de precios existente entre las grandes cadenas de supermercados y los negocios de barrio”. Las grandes cadenas se benefician además porque el programa Precios Justos tracciona público hacia sus locales, como sucedía previamente con Precios Cuidados.
El empresario mayorista consultado admitió que pudo haber irregularidades con las listas de precios en programas anteriores, pero analizó que “ese problema no explica el fracaso de las canastas, porque el problema central es el abastecimiento. Si se garantiza el abastecimiento, Precios Justos Barriales va a funcionar. El impacto en la inflación dependerá de que la cadena fluya, de que el abastecimiento sea normal, el habitual” lo que constituiría un desafío, porque “cuando se producen estas canastas, siempre hay una mayor demanda”.