Mientras el problema de la inflación se sostiene a nivel general, los precios de productos de alta sensibilidad para el conjunto de la sociedad, como los medicamentos, acompañan el ascenso y en algunos casos acumulan incrementos que se acercan al 300% desde que la alianza Cambiemos subió al poder en diciembre de 2015.
Según informó el Indec este martes en el marco de una estadística sectorial, los laboratorios facturaron solamente en el cuarto trimestre de 2017 un total de $25.859,3 millones, lo que equivale a un aumento del 23,1% a favor de este segmento de la industria.
En ese tramo, la facturación de producción nacional aumentó un 21,9% mientras que los medicamentos de origen extranjero hicieron lo propio un 26,1 por ciento. A la par, las ventas de nacionales representaron un 71% sobre el total de la facturación y las de importados otro 29%.
Pero los aumentos vienen de un arrastre consistente con punto de partida en diciembre de 2015, una particularidad que preocupa a la población en general y a las asociaciones de consumidores en particular.
El representante de la Asociación Consumidores Libres, Héctor Polino, informó con datos del manual farmacéutico que si se considera el movimiento de los precios desde diciembre de 2015 y hasta febrero de 2018 hubo remedios que aumentaron hasta 269,66%.
Ese es el caso de la droga levotiroxina 100 mg para el tratamiento de la tiroides que elabora el laboratorio Montpellier. En diciembre de 2015 el precio era de 44,99 pesos mientras que en febrero de este año valía $166,31.
Otros casos escandalosos son el de las conocidas Aspirinetas del laboratorio Bayer, cuyo blíster costaba $6 en diciembre de 2015 pero desde febrero se consigue a $20,60, lo que significa un aumento del 244%.
La Cafiaspirina, otro producto de fuerte demanda presenta aumentos del 242% en el mismo tramo; el antialérgico loratadina aumentó 153,60%; el antidepresivo sertralina aumentó 191,9%, entre otros precios que destacó la fuente.
Con estas facturaciones y ganancias, los farmacéuticos difícilmente integren la nómina de los industriales descontentos con la política económica de Cambiemos. Por el contrario, están entre los que se gustan disfrutar de sus descomunales fortunas con excentricidades. Alejandro Roemmers, por ejemplo, festejó su cumpleaños número 60 hace pocas semanas con una fastuosa celebración para 600 invitados en Marruecos, que según trascendió le costó U$S 6 millones.
Semejantes placeres requieren de una eficiente canilla surtidora. En pocas palabras, de un fuerte transferencia de recursos a nivel social.
Un informe de la Universidad de Avellaneda (UNDAV) destacó que el aumento en el precio de los medicamentos: Es, tal vez, el emergente más sintomático del estado actual de la salud en Argentina. La tesitura se muestra aún más inconveniente al considerar que las principales alzas se registran en los fármacos de consumo masivo de la población. Hay que tener en cuenta que por ley los medicamentos se tratan de un bien social y, por lo tanto, están sujetos a regulaciones específicas en relación a su abastecimiento.
La observación coincide con lo que muestra la lista que compartió Consumidores Libres sobre datos de las propias empresas. La UNDAV comparó además las subas locales con las de otros países y advirtió sobre el deterioro del poder de compra de los salarios (argentinos) respecto del subconjunto de bienes y servicios relativos a la salud.
Dentro de los sectores populares los que más pierden por las subas son los jubilados y pensionados: La espiralización de precios de los dos últimos años sumada a la baja de cobertura de medicamentos gratuitos, afectó fuertemente los niveles de ingreso disponible de esta población de riesgo. Así, debido a los cambios pronunciados en un intervalo corto de tiempo, la jubilación argentina pasó a ser de las de menor cobertura a nivel regional, cuando se la mide en términos de una canasta de medicamentos representativa, explicó la fuente.
Previsiblemente, la tendencia amenaza con prolongarse en el futuro. Los datos de la inflación de febrero, que presentó hoy el INDEC, fueron del 2,4% pero dentro del concierto general, los medicamentos se incrementaron un 2,3% a nivel nacional mientras que el promedio de Capital y Gran Buenos Aires el índice llegó a un pico del 2,7 por ciento.