La Unión Industrial Argentina aprovechó el debate sobre la modificación del impuesto a las Ganancias para colar su pedido de bajar la presión tributaria. Lo hizo en el comunicado que da cuenta de los temas tratados este martes por la cúpula de la entidad, en el que se exige abordar en forma concreta y urgente una definición integral y una agenda que permita, gradual pero inexorablemente, aliviar la carga fiscal sobre el trabajo y la producción.
A tono con lo que había publicado Tiempo Argentino en su edición del domingo, la Junta Directiva destacó la necesidad de una política fiscal integral, coordinada entre Nación, Provincia y municipios. «Evitar superposiciones y una presión tributaria no acorde con la competitividad interna y externa de nuestra producción, constituye hoy una prioridad para fomentar la inversión y la generación de puestos de trabajo», dice el texto.
Elípticamente, la UIA criticó la reforma que impulsa la oposición en el Congreso al señalarse que el tratamiento de una o más cuestiones fiscales de manera desarticulada, sin una visión de conjunto no es compatible con una reestructuración impositiva integral. Puntualmente defendió a las empresas mineras, que serían alcanzadas por impuestos que cambian sustancialmente reglas establecidas por el propio Congreso de la Nación hace pocos meses.
El proyecto que aprobó Diputados (y que todavía no logró consenso para ser tratado en el Senado) sólo afecta a algunos sectores puntuales como las empresas mineras, la industria del juego y las inversiones financieras por grandes montos, que serían gravadas para compensar la elevación del piso imponible a los trabajadores. Sin embargo, la UIA salió a denunciar que la presión fiscal sobre la industria hoy supera el 34% promedio, por encima de la media de los países industrializados del mundo y aún sin una contrapartida de eficiencia en el gasto y calidad de los servicios públicos. No es de extrañar -en este contexto- que haya una economía informal que compite deslealmente con los sectores que representamos.