La inflación se encamina a alcanzar otro récord en lo que va del siglo. Después del 4% de agosto y el 30% acumulado desde enero (ver página 14), más los pronósticos de agudización para el próximo bimestre, todo indica que el número final del año, medido de punta a punta, superará con holgura el 50 por ciento.
Si ese cuadro se confirma, el macrismo finalizará este mandato con tres hitos en cuatro años. La medición de 2016 estuvo empañada por la falta de datos oficiales, ya que el Indec reformuló sus estadísticas y dejó de informar el índice de precios al consumidor durante varios meses; así y todo, la mayoría de los estudios privados lo situó por encima del 41%, cifra levemente mayor al 40,9% registrado en el convulsionado 2002. Tras un claro descenso al año siguiente (24,8%), en 2018 hubo un nuevo récord de 47,6%, que en esta ocasión sería batido otra vez.
La explicación está en la aceleración que se verá en septiembre y octubre, como consecuencia del traslado a precios de la devaluación de agosto. Fue cuando el dólar, tras las PASO, se fue en números redondos de 45 a 58 pesos. Con un llamativo efecto espejo, ese casi 30% de aumento en el tipo de cambio es casi igual al que se vio en el mismo mes de 2018, cuando la divisa pasó de 29 a 38 pesos. Esa vez el Indec estimó subas de precios de 3,9% en agosto, 6,5% en septiembre y 5,4% en octubre.
Con esos antecedentes, se empezó a perfilar el panorama de los últimos meses del año. «Hoy es altamente probable que la inflación acumulada de 2019 supere a la del año pasado, convirtiéndose de este modo en la más alta desde 1991», señala el Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET), dependiente de la Universidad Metropolitana de la Educación y el Trabajo. «En el último trimestre los aumentos no perforarían el 3%, dándole un piso de 50% a la inflación anual», arriesga la consultora Ecolatina, adjudicándole la responsabilidad tanto al reacomodamiento de precios relativos post-devaluación como a los previsibles reclamos salariales siguientes, que podrían convalidar esa remarcación. «Se espera que la reciente caída en el peso reactive la presión al alza sobre la inflación, socavando los efectos positivos derivados de una fuerte postura de política monetaria», expresa Focus Economics en su informe para todos los países de la región, clavando su pronóstico para Argentina en 53,7% anual.
Desde el oficialismo, el proyecto de Presupuesto que ingresará mañana al Congreso está elaborado con una base de incremento de precios de 52,8% para 2019. Además, el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que realiza el Banco Central revela que el promedio de estimaciones de las entidades financieras, centros de estudio y analistas privados es de 55 por ciento. En los últimos meses, sin embargo, esos números tienden a actualizarse al compás de la cambiante situación económica.
El enfoque de Economía & Regiones es diferente. Para graficar la dinámica ascendente de la inflación, esa consultora tomó períodos de dos años calendarios sucesivos. Así determinó que se pasó de un acumulado del 46,2% en 2009-2010 al 60,2% en 2013-2014, 79,7% en 2015-2016 y 84,7% en 2017-2018. Para el bienio 2018-2019 estima una suba de precios del 137,6 por ciento. Con pesimismo, el informe advierte que «la hiperinflación es tan sólo la consecuencia de que siga sucediendo lo que viene pasando hace años». «
Mal augurio para el PBI
Los pronósticos adversos también alcanzan a otro capítulo importante, el del nivel de actividad económica. El propio gobierno admitió que el PBI de 2019 caerá un 2,6%, según el proyecto de Presupuesto que ya trascendió y que ingresará mañana a la Cámara de Diputados. En su panorama para toda América Latina, Focus Economics cree que la baja será todavía mayor, del 2,8%. «Los panelistas consultados ahora ven una contracción más aguda para este año, mientras que el pronóstico para 2020 ha pasado de una expansión saludable a una notable contracción», que fue situada en el informe en 1,4%. Una posible mejora recién se verá en 2021.