La recuperación del consumo que busca el gobierno como pilar de la reactivación económica partirá desde niveles bajísimos. Así lo demuestra el estudio que realizó la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). Para la entidad, el comercio minorista cayó en un promedio de 11,6% en el año 2019, en comparación con la media del año anterior.
El informe, que CAME realiza de manera mensual, abarcó 1.100 negocios de todo el país, en los principales rubros que concentran la venta minorista familiar, tanto a través de transacciones físicas como las realizadas on line. Por eso se lo considera un buen termómetro de la actividad y del comportamiento de los consumidores.
La caída fue amortiguada por el rubro Alimentos y Bebidas, que representa casi un cuarto del indicador, y que previsiblemente bajó menos que el resto (7,1%), ya que se trata de artículos imposibles de reemplazar o dejar de consumir. En todos los demás capítulos la retracción superó la barrera de los dos dígitos porcentuales. En artículos de joyería, relojería y bijouterie llegó al 15,1%; en calzado y marroquinería, 15%; y en electrodomésticos, electrónicos, computación y celulares fue de 13,9%.
El punto más bajo de la actividad fue el trimestre agosto-octubre, en el que las ventas llegaron a disminuir hasta 18% en relación al mismo mes del año anterior. En diciembre los datos mejoraron, aunque no dejaron de ser negativos: en ese mes las cantidades vendidas fueron 3,8% menores al último mes del año anterior. “Hay que ir 20 meses atrás, hasta abril de 2018, para encontrar una caída tan baja. Igual, ocurre porque se compara con meses de fuertes caídas”, explica el informe.
Se trata del cuarto año consecutivo con evolución negativa en el promedio de ventas. Los informes anteriores detallaban caídas de 7% en 2016, de 1% en 2017 y de 6,9% en 2018. La baja acumulada en los cuatro años fue de 24,2%. El número es impactante, aunque guarda relación con la disminución en el poder adquisitivo de los salarios durante el gobierno de Cambiemos, que fue de 16,7% para los trabajadores registrados en el sector privado y 21,1% para los empleados públicos, según calculó el Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma.
En sus primeras cuatro semanas de gestión, el actual gobierno se refirió de manera recurrente a la necesidad de un shock de consumo como punto de partida para reanimar la economía. En esa dirección dispuso por decreto un aumento de $ 4.000 para los trabajadores privados, a cuenta de las próximas paritarias, que se incorporará al sueldo en dos tramos, y planea replicar ese instrumento para los estatales. También otorgó bonos especiales de fin de año para jubilados y beneficiarios de la AUH. En simultáneo, se apresta a relanzar el programa Precios Cuidados para alimentos, bebidas, artículos de limpieza e higiene personal.