Ensimismado en su “batalla cultural”, el presidente Javier Milei insiste en que los jubilados y pensionados están mejor ahora que antes de que él asumiera. En esa aseveración lo acompañan los principales funcionarios de su gobierno y muy pocos más. Uno de los puntos en que hay mayor coincidencia entre los analistas es que la licuación de los haberes previsionales fue uno de los pilares en que se edificó el superávit fiscal.
Al respecto, el Grupo de Estudios de la Realidad Económica y Social (GERES) calculó que entre enero y octubre las jubilaciones cayeron un 23,9% en términos reales con relación al año pasado. La situación fue paliada por los bonos extraordinarios que se abonan a los que perciben el haber mínimo y que así maquillan el piso. Aun así, ese grupo perdió un 16,9% de su poder adquisitivo.
De cara al año que viene, las perspectivas indican que la situación se agravará, porque la intención del gobierno es que ese bono permanezca fijo en 70 mil pesos y su monto no se actualice, con lo que irá perdiendo gravitación en la medida en que la inflación horade el haber nominal. El anuncio en ese sentido lo hizo el titular de la Anses, Mariano de los Heros, cuando concurrió a la Cámara de Diputados para hablar sobre los lineamientos para el sector contenidos en el Presupuesto 2025. “El bono de 70 mil pesos está proyectado mantenerse, pero sin ajuste de inflación”, sostuvo.
Sigue, pero…
La suma permanece inalterada desde marzo pasado. Si se hubiese actualizado al mismo ritmo que las jubilaciones, el bono debería ser por un monto de $ 135.140, según un cálculo realizado por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA). De acuerdo al informe elaborado por esa entidad, hay un riesgo mayor: que ese bono extra caiga dentro de la cláusula de reducción de partidas que Milei introdujo en el proyecto de Presupuesto.
Esto significa que si por algún motivo los ingresos del Estado se reducen, todas las partidas que no están sujetas a subas automáticas por alguna norma vigente se reducirán en una proporción tal que compense esa merma. Los haberes previsionales no se verían afectados, porque se ajustan por la ley de movilidad jubilatoria; pero los bonos son una suma discrecional que entrega la Anses y podrían reducirse o quitarse.
De mínima, “el bono continuará en la senda de la licuación de su poder adquisitivo, dificultando la recuperación de los haberes mínimos, y utilizando a los jubilados y pensionados de ingresos más bajos como variable de ajuste. Hacia diciembre de 2025, de cumplirse las proyecciones inflacionarias, los guarismos indican que le estarán negando a los jubilados de la mínima $ 102.793 adicionales”, estimó el CEPA.
Para esquivar la discusión, De los Heros afirmó en la última semana que “la mejora en las jubilaciones y pensiones no se tiene que dar a través del bono, que es de naturaleza extraordinaria, sino a través del crecimiento económico, de la estabilización de las variables macroeconómicas”. A juzgar por la mayoría de las estimaciones privadas, que esperan una caída de entre 3,5 y 4 puntos del PBI para este año, la recuperación por esa vía también tendrá que esperar.
Cambios que perjudican
La situación es muy delicada para los jubilados, sobre todo para los que cobran la mínima, que según los cálculos del GERES perdieron el 30% de sus ingresos desde 2017. Los sucesivos cambios en las fórmulas de movilidad no hicieron más que perjudicarlos. El rezago con el que estaba elaborado el coeficiente de ajuste dispuesto por la ley 27.609, que tomaba en partes iguales ingresos de la Anses y remuneraciones de los asalariados, hacía que los aumentos siempre fueran inferiores a la inflación del mes, porque esta se encontraba en sendero ascendente.
La devaluación inicial de Milei exacerbó esa pérdida. Y cuando por fin la inflación empezó a bajar, algo que mejoraba sus ingresos reales (porque el coeficiente tomaba meses anteriores con una suba de salarios mayor), el DNU 274/24 la cambió, actualizándola por el índice de precios, y le comió un mes de fuerte suba, superior al 20%.. Para peor, el intento del Congreso de dar un ajuste extra fue vetado por el Ejecutivo.
“A esta altura podemos concluir que la fórmula anterior, en el tiempo, hubiera sido superadora para los haberes jubilatorios, y se la eliminó intencionalmente antes de que se produjeran las mejoras. Tanto en septiembre como en diciembre, los aumentos por la fórmula anterior hubieran sido superiores a los efectivamente otorgados. En diciembre 2024, con la fórmula de Milei, la jubilación mínima (sin bono) se ubicará en $ 259.599, mientras que de haber continuado la fórmula anterior se ubicaría en $ 314.303 (21,1% por encima)”, concluyó el CEPA. «