La Mesa de Enlace convocó al conjunto de la patronal ruralista a realizar un lock out el próximo 13 de julio. Ese día, los empresarios agrícolas cesarían la comercialización de hacienda y granos. Formalmente, la medida es para protestar contra la falta de gasoil, aunque el planteo incluye que el gobierno ordene a las petroleras que sumen más biodiesel a la elaboración de gasoil, algo que favorece al sector de molienda de granos de la zona de Rosario, asegura un precio interno al poroto de soja, con beneficio para el productor, y que resta reservas al Banco Central por menores exportaciones. El pliego ruralista también reclama al Estado el “acceso” a los fertilizantes, lo que podría materializarse en el armado de un subsidio que reduzca lo que pagan por esos productos.
En una conferencia de prensa realizada en la tarde de este miércoles, los representantes de la Mesa de Enlace dieron a conocer la novedad y también presentaron un documento firmado por una treintena de organizaciones.
“Queremos que nos acompañen con un cese de comercialización por ese día y poder empatizar con todos los argentinos. Sabemos de las complicaciones que están pasando cada uno de los argentinos. Queremos contribuir a preservar la democracia y a que la clase política dé la respuesta que está necesitando el pueblo argentino”, señaló Carlos Achetoni, presidente de Federación Agraria Argentina.
Jorge Chemes, titular de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), detalló que no habrá corte de rutas. “En las diferentes provincias vamos a concentrarnos los productores, sin cortar rutas, sin molestar a nadie. Vamos a estar manifestándonos de manera tal de marcar la presencia y hacer notar a través del periodismo la necesidad de tener respuesta al documento que estamos mencionando”, dijo.
En su parte programática, el documento señala: “La política debe recuperar la estabilidad macroeconómica y detener la confrontación, que redunda en mayor desigualdad. Es imprescindible la integración con paz social, para lograr un desarrollo federal, sostenible e inclusivo. Estas son condiciones imprescindibles para trabajar, producir, industrializar, transportar, comercializar para lograr el abastecimiento interno e incrementar las exportaciones. Resulta urgente el acceso al gasoil y a los fertilizantes para evitar una parálisis total del aparato productivo. También es necesario que haya menos intervenciones dañinas, que se baje el gasto público y que se ponga fin a la crisis energética, para hacerlo posible”.
Fertilizantes y biodiesel: todos contentos
Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural, recordó que la semana pasada convocaron a las entidades que firmaron para “entre todos hacer un día de pensamiento, para cambiar ideas sobre el país que queremos”. Notablemente, el planteo no menciona las consecuencias de la guerra de Rusia y ucrania, como la distorsión de los precios internacionales y la caída del abastecimiento de trigo y maíz en algunos de los países más pobres del mundo.
En ese punto llamó la atención la inclusión en el programa de una demanda al Estado para que asegure el abastecimiento de fertilizantes, una producción que también fue seriamente afectada por el conflicto bélico. Su precio subió un 80% en marzo pero comenzó a bajar a partir de mayo y ahora se encuentra en los mismos niveles de antes de la guerra. La úrea, por caso, pasó de U$S 700 la tonelada a U$S 1200 para volver a los U$S 700 iniciales.
La inclusión de este punto en el pliego apuntaría a instalar la idea de que sin gasoil y sin fertilizantes será imposible completar la siembra de trigo y llevar adelante en la próxima primavera la siembra de soja y maíz. La Argentina produce úrea, pero no otros fertilizantes nitrogenados ni la materia prima de los glifosatos. Por lo tanto, el reclamo podría apuntar a facilitar o subsidiar la compra de fertilizantes.
Respecto del biodiesel, el planteo de los ruralistas es que el gobierno ordene a las petroleras para que sumen más biodiesel al gasoil. La semana pasada, el gobierno ordenó elevar el corte de gasoil con biodiesel hasta el 12,5%. Es decir, cada litro de gasoil contiene ahora una mezcla de un octavo proveniente de la soja.
La patronal agraria propone que ese corte vaya hasta el 25%. De aplicarse un plan así, el precio del poroto de soja tendería a subir en el mercado interno porque la industria molinera debería moler mucho para cubrir esa demanda. Justamente, los productores están sentados sobre 20 millones de toneladas de soja que aún no vendieron.
La industria molinera está muy concentrada: las cinco primeras empresas del ránking concentran el 70% de la producción. Producto del exceso de oferta global (el aceite de soja, materia prima del biodiesel, compite con el aceite de colza y de palma), se han exacerbado las barreras arancelarias y paraarancelarias y la industria local trabaja al 60%. Un incremento del uso de biodiesel daría un fuerte beneficio a este sector, entre cuyos animadores se encuentran Cargill, Oleaginosa Moreno, AGD y otras multinacionales que manejan las exportaciones de soja y derivados.
Si una parte de la producción de soja se vende para hacer biodiésel, menguarían las exportaciones tanto de porotos como de derivados en un momento en el que el Banco Central cuenta con ellos para el segundo semestre del año. El gobierno deberá resolver estas contradicciones.