“Hágase saber la quiebra decretada, a cuyo fin ofíciese a la Inspección General de Justicia, y al Banco Central de la República Argentina. Requiérasele asimismo a este último, que comunique el estado de falencia a todas las instituciones de crédito del país, las que deberán trabar embargo sobre todas las sumas de dinero y otros valores que se encuentren depositados a la orden de la fallida, y procedan a transferirlos al Banco de la Ciudad de Buenos Aires, a la cuenta de autos y a la orden de la suscripta”, sostuvo la jueza lo comercial Marta Cirulli, quien decretó la quiebra de la empresa Correo Argentino SA.
La decisión concuerda con lo solicitado por la Procuración del Tesoro a cargo de Carlos Zannini. La empresa de la familia Macri obtuvo la concesión en la década de los 90, durante el gobierno menemistas, pero el contrato fue rescindido por Néstor Kirchner cuando fue presidente.
“Concluyo la cuestión de la única forma legal posible, sin ningún margen de duda”, aseguró la jueza.
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