Los precios al consumidor subieron 3,1% durante el mes de mayo, según el índice que elabora el Indec. En lo que va de 2019 la variación fue de 19,2%. De esa manera, el informe conocido este jueves confirmó los pronósticos de la mayoría de las consultoras privadas que realizan mediciones paralelas.
El detalle revela que los rubros que más subieron fueron Salud (5,1%) y Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (4,0%). Alimentos y bebidas no alcohólicas, el de mayor ponderación en el índice, creció 2,4%, dando un respiro con relación a los ajustes de los meses anteriores. Transporte (3,5%) y Educación (3,,3%) también se ajustaron por encima del promedio.
El dato oficial significa una leve desaceleración del ritmo inflacionario, ya que bajó tres décimas porcentuales con relación a abril. Sin embargo, la suba de los últimos 12 meses alcanzó el 57,3%, fogoneada por la devaluación del peso, la indexación de servicios básicos y los recortes de subsidios dispuestos por el gobierno.
Un ejemplo de cómo inciden esas decisiones lo dio la dispar evolución del índice (que tiene alcance nacional) en las diferentes regiones del país. En cinco de las seis zonas consideradas fue bastante similar, pero en el Noroeste el alza fue muy superior y alcanzó a 3,9% debido a “los nuevos tarifarios y el cese de las tarifas sociales publicados en mayo del corriente año”, lo que provocó un alza del 12,5% en el rubro Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles, según señala el informe del Indec. En Gran Buenos Aires, la región más poblada del país, el índice fue de 3,0%.
La aspiración oficial es que el ritmo de ajuste de precios comience a atenuarse en los próximos meses. El cumplimiento de ese deseo se hace esperar a pesar de las medidas tomadas con ese fin. Entre ellas se cuentan el programa de Precios Esenciales, la postergación de una parte de la suba de tarifas para el próximo verano y el congelamiento de la base monetaria dispuesto por el Banco Central.
El propio Fondo Monetario Internacional, que supervisa todas las acciones del gobierno, reconoció en palabras de su titular, Christine Lagarde, que la inflación “fue mucho más resiliente de lo que habíamos pensado” y que “está demorando más de lo que anticipamos” en declinar. De hecho, el acumulado del período enero-mayo es casi igual al 20% que el FMI había estimado para todo el año, valor que luego, ante las evidencias, actualizó a 30%. Como contó Tiempo en su edición impresa del último fin de semana, el conjunto de analistas, bancos y centros de estudio consultados por el Banco Central para formular sus pronósticos coincide en que la inflación para todo el año superará el 40%, cifra que se perfila como un piso difícil de perforar.