La inflación de mayo le dio un respiro al gobierno. Según el Indec, la variación del índice de precios al consumidor en ese mes fue de 1,3%. De esa manera acumula 10,5% en lo que va del año y 24% en los últimos doce meses.
El número fue inferior al que en el propio oficialismo se aguardaba. En los pasillos gubernamentales se especulaba con un 1,5%, una o dos décimas menos de lo que calculaba la mayoría de los estudios privados. El IPC Congreso, que promedia los datos de varias consultoras, había dado 1,8% y se dio a conocer apenas unas horas antes que el dato oficial.
De todas maneras, el análisis más fino de los números no es tan auspicioso. La inflación núcleo (la que excluye a los bienes y servicios regulados o a los que tienen un exceso de demanda estacional) fue de 1,6%, demostrando una inercia difícil de quebrar. Si el número final quedó más abajo fue porque los bienes estacionales tuvieron una disminución de precios de 0,5%.
En el desagregado por rubros, el que más aumentó fue Equipamiento y mantenimiento del hogar (3,0%), seguido de Vivienda y servicios básicos (1,9%). Alimentos y bebidas, el que más incidencia tiene en la canasta que calcula el Indec, subió 1,2%.
El proceso de desinflación, como gusta llamar el equipo económico a la desaceleración en el crecimiento de los precios, fue posible no sólo porque el dato del último mes fue exactamente la mitad que el anterior, sino porque en la comparación interanual se contrapone con el 4,2% de mayo del año pasado, producido bajo los efectos de la devaluación y de la primera ola de tarifazos que impulsó el macrismo al asumir. Esa es la razón por la que la variación interanual bajó del 27% al 24%. De todas maneras, el cumplimiento de la auspiciosa meta de 17% que se había fijado el gobierno al formular el presupuesto anual (y que el Banco Central había tomado como parámetro para definir su política monetaria) está casi descartado. Por eso, apenas difundido el nuevo índice, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, se contentó con señalar que somos muy optimistas respecto a lo que está pasando con la inflación y empezamos a ver una perspectiva muy alentadora para los próximos meses. Así eludió mencionar una pauta que, salvo por la tozudez de Federico Sturzenegger, presidente del BCRA, parece haber sido archivada por el gobierno.
Desde el mes que viene, el índice que elabora el Indec y que mide la inflación en la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano convivirá con uno nuevo, el IPC Nacional, que condensará el resultado agregado a nivel de todo el país y los correspondientes a seis grandes regiones. En el organismo que dirige Jorge Todesca estiman que así se dará un paso adelante para tener información más precisa de lo que pasa en el Interior, aunque aclararon que no se discontinuará el índice actual.