El índice de precios al consumidor de alcance nacional subió 1,4% durante el mes de agosto, según el informe que dio a conocer este martes el Indec. En el área de la ciudad de Buenos Aires y alrededores el aumento fue levemente mayor y llegó a 1,5%.
De esa manera, el alza acumulada de los ocho primeros meses de 2017 da 15,4% para todo el país, mientras que en el área metropolitana la suba también fue algo más alta y arrojó 15,6%.
Según el organismo estadístico, los rubros que empujaron la inflación hacia arriba fueron: Salud (2,5%); Vivienda, agua, electricidad, gas y combustibles (2,2%); y Alimentos y bebidas no alcohólicas (2,1%). En conjunto, los servicios (1,6%) aumentaron más que los bienes (1,3%).
Los números no sorprendieron ya que están a tono con las estimaciones privadas que se venían difundiendo en los últimos días. Sin embargo, uno de los datos salientes al revisar las cifras del último año (tarea dificultosa, ya que la serie estadística fue interrumpida y alterada más de una vez por cambios metodológicos) es que en el área metropolitana la variación de los últimos 12 meses fue 23,1% y resultó mayor que la verificada en julio con relación al mismo mes de 2016. Hay una explicación: en agosto del año pasado el índice había sido artificialmente bajo (0,2%) porque la Justicia ordenó dar marcha atrás con el tarifazo de gas, lo que impactó en el relevamiento de precios del Indec.
Lo que está claro es que en ocho meses el gobierno ya consumió casi la totalidad de la pauta inflacionaria prevista oficialmente para 2017, que era de 17%. Las declaraciones de los funcionarios en las últimas semanas dan cuenta de que esa meta se dejó de lado y ya apuntan a una nueva: un alza no superior a 10% para todo 2018. Esa es la consigna con la que se está elaborando el presupuesto nacional, que debe ser presentado antes del viernes en el Congreso para su tratamiento.
Claro que para lograr ese objetivo se necesitan índices mucho más bajos que los actuales. Por eso en el equipo económico se acostumbraron a medir la inflación núcleo, entendiendo como tales aquellos precios que no están regulados ni son influidos por cuestiones estacionales y que sirven como parámetro de la tendencia para los meses que vienen. En ese sentido las noticias no son alentadoras, porque en agosto la inflación núcleo fue de 1,4%: debería bajar a la mitad (y mantenerse así durante todo el año) para cumplir con los deseos oficiales.