Las terminales de autos produjeron en los 22 días hábiles de marzo un 13,2 por ciento menos que en el mismo mes de 2016 con un total de 40.107 vehículos, informó la Asociación de Fábricas (Adefa) en el marco de su informe mensual. La producción representó también una suba del 66,9 % comparada con febrero pasado.
El bajón fue pronunciado pero menor al que se registró en febrero, cuando la industria experimentó un bajón del 29,7 % interanual. La caída de marzo se asoció una vez más a la baja de la demanda de Brasil, que antes de la recesión compraba el 60% de la fabricación argentina y al desplazamiento en el ámbito local a manos de la importación también brasileña, que hoy domina ampliamente los despachos en las concesionarias locales.
A propósito, las exportaciones de marzo fueron de 17.508 vehículos, un avance de 35,4% respecto a febrero pero de apenas el 1,8 por ciento en comparación con marzo de 2016, destacó Adefa. El informe sectorial añadió que el sector comercializó en el segmento mayorista 68.947 unidades a su red de concesionarios volumen que se ubicó 5,6% por sobre el mes anterior, y avanzó 13,6 % en su comparación con el comportamiento de marzo del año anterior.
Las automotrices resaltaron también que más allá de la estacionalidad, característica del primer tramo del año, entre enero y marzo, el sector produjo 90.905 unidades, un 7,4 % menos respecto de las 98.168 unidades que se produjeron en el primer trimestre del año anterior.
Las empresas apreciaron en marzo un comportamiento particular. Por calendarización, algunas empresas han registrado sus vacaciones el tercer mes del año impactando en los volúmenes de producción. Esta situación marca una diferencia respecto del 2016 cuando todas las terminales automotrices concentraron las paradas estivales alternando enero y febrero.
El presidente de Adefa y también titular de PSA Argentina, Luis Ureta Sáenz Peña, destacó el comportamiento del sector en comercio exterior al señalar que aún con la caída de la demanda por parte de Brasil, los volúmenes registrados dan cuenta del esfuerzo de las terminales automotrices en desarrollar nuevos mercados como es el caso de los envíos a varios destinos de Centro América. Ureta abogó en esa línea por la necesidad de seguir trabajando para alcanzar acuerdos de Libre Comercio para acceder a esos mismos mercados sin la penalización de aranceles y en medidas que permitan la mejora de la competitividad, tales como el aumento del reintegro a la exportaciones, entre otras, concluyó.
Más allá de la rentabilidad de las firmas, el aspecto más duro de la situación que atraviesan las automotrices tiene que ver con el estado de la fuerza de trabajo. A la par de la caída de Brasil y el avance de la producción extranjera en el país los trabajadores sufrieron numerosos despidos y suspensiones sin garantías de continuidad a futuro.