La inflación de septiembre pasado estuvo entre las tres más elevadas desde la salida de la convertibilidad. Este miércoles el Indec dará a conocer el dato oficial, que viene precedido por las estimaciones de las consultoras privadas. Un relevamiento de esos números arroja valores de una suba general de precios que va desde el 5,5% al 7 por ciento.
En abril de 2002, en medio del caos político, económico, financiero y social tras la salida de la convertibilidad, el Indec registró un alza de precios del 10,4%, una marca que no se registraba desde 1991, en el año de adopción de la convertibilidad.
Los saltos inflacionarios mensuales posteriores nunca alcanzaron ese nivel. De hecho, el más elevado fue el extraoficial 6,7% de marzo de 2016, cuando el Indec no medía la inflación por el apagón informativo macrista que siguió a la intervención kirchnerista desde 2007.
Del mismo modo, hay que remontarse muchos años atrás, a 1991, para encontrar un año con una inflación más elevada que la que habrá en este 2018, calculada por los especialistas del sector privado en torno al 45%. La del tristemente recordado año 2002 fue más baja, del 40,9 por ciento.
La suba de los precios de septiembre abre la puerta a una fuerte alza de los valores de octubre, que según las últimas estimaciones de las consultoras, ronda el 5 por ciento.
Andrés Asiain, del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (CESO), le dijo a Tiempo que observan una elevada «inestabilidad». El índice de precios de supermercados del CESO para la primera semana de octubre dio un 1,69% en relación a la semana anterior, y un 9,95% en relación a la misma semana de septiembre.
Orlando Ferreres, titular de OJF y Asociados aseguró que «el promedio del mes de octubre nos da un 4,9 por ciento». El 7% que esa consultora calculó para septiembre generó un «efecto arrastre» del alto, del 2,4%. A ello hay que sumar las subas de tarifas, como el 35% del gas, y varios incrementos de servicios, como salud, y otros. Hernán Letcher, del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), coincidió con Ferreres en el «efecto arrastre» de septiembre sobre octubre. «Cuando salga el IPC vamos a tener ese dato, habrá un golpe fuerte de alimentos y después transporte y tarifas. Para nosotros, la inflación de octubre va a estar cerca del 5%», estimó. Letcher advirtió que el gobierno nacional «no va a querer que le dé cualquier exorbitancia que genere una psicosis», por lo que teme «que el gobierno meta mano» en el dato para bajarlo.
Juan Manuel Telechea, del Instituto de Trabajo y Econmía (ITE-GA), dijo que «en base al arrastre de septiembre y los aumentos ya anunciados de los precios regulados, estimamos un 4,5% de inflación para octubre».
El descalabro económico que provoca la elevada inflación de estos meses también tendrá un «efecto arrastre» para 2019. «Teniendo en cuenta que la dinámica de la inflación núcleo viene siendo muy elevada, y que permite suponer guarismos elevados también para noviembre y diciembre, estimamos un piso de inflación anual a diciembre del 45%. Eso te dejaría un arrastre de 21 puntos porcentuales de inflación para el promedio de 2019».
Para Miguel Ponce, del Centro de Estudios para el Comercio Exterior Siglo XXI, «la pauta de suba de los precios de octubre es 5% como base». Ese centro agrupa a economistas como Aldo Pignanelli, Marcelo Elizondo y Jorge Castro. Ponce indicó que «algunos economistas que trabajan en nuestro centro hablan del 6 por ciento».
Ponce observó que los efectos de la devaluación aún no están totalmente pasados a precios. Al contrario, «sólo se pasó el 30% a precios esta vez. Pensamos que va a seguir avanzando pero tiene un freno en la mayor recesión de la historia argentina por caída de la actividad y por la extensión de tiempo. El gobierno ve un rebote rápido pero nosotros no vemos recuperación hasta el segundo semestre del año que viene. Es larguísimo plazo».
Todos estos pronósticos cuestionan el 34% de inflación promedio que previó el gobierno en el Presupuesto 2019 y que señala, además, que entre enero y diciembre la suba será del 23 por ciento. «