El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó que la deuda externa argentina era de 283.567 millones de dólares al segundo trimestre de 2019. Creció en USD 22.084 M respecto de la que había en el segundo trimestre de 2018; es decir, en un 8,4%.
Se trata de USD 7.819 M más que en el trimestre anterior.
Este crecimiento se debió a un aumento de la deuda tomada por el gobierno; es decir, al préstamo del FMI más las deudas de muy corto plazo en manos de fondos de inversión especulativos.
Finalizado el segundo semestre, el 62% de la deuda corresponde al Gobierno general (nacional, provincial y municipal), el 26% a Sociedades no financieras, hogares e ISFLSH (sector privado), el 8% al Banco Central, el 2% a las Sociedades captadoras de depósitos (bancos) y el 1% a Otras sociedades financieras.
Aumentó también la proporción de deuda externa que está nominada en moneda extranjera, que pasó del 89% del total en el segundo trimestre de 2018, al 92% en el segundo trimestre de 2019. Del total de la deuda en moneda extranjera, el 60% corresponde al dólar estadounidense.
Esto afecta con más fuerza a las finanzas públicas, ya que por la devaluación del peso se hace cada vez más costoso conseguir los dólares para pagar esa deuda.
Por las devaluaciones, la deuda externa en pesos perdió fuerza al caer del 11% del total, al 8%. En tanto, la deuda nominada en otras monedas se duplicó por el aumento del endeudamiento en yuanes, la moneda de China.
En los últimos dos años (al cierre del segundo trimestre de 2017), la deuda se incrementó en USD 78.653 M; es decir, en un 38,4%.
La deuda externa ya creció un 58,6% durante el mandato de Mauricio Macri y sigue siendo uno de los problemas más agudos que enfrenta la Argentina en su futuro inmediato.