Las frenéticas jornadas financieras que coparon el centro de la escena local son el reflejo de una macroeconomía en la cuerda floja, revestida por el desencuentro político dentro del Gobierno, que no parece tener una síntesis que aplaque los ánimos del mercado, pero tampoco del sindicalismo o los movimientos sociales.
Si por cada nudo que se desata se forman dos, ¿por dónde empezar? ¿Puede haber liderazgo sin conducción? Se firmó el acuerdo con el FMI con la garantía de haber consensuado un programa rector que despejaría incertidumbres, se fue Martín Guzmán, ingresó Silvina Batakis, pero la crisis sigue vigente y toma envión. ¿El Frente de Todos cree en sus propias políticas? Tiempo conversó con cuatro economistas sobre las directrices claves que deberían integrar un nuevo diagramado económico.
«En primer lugar, a la crisis hay que desinflarla y contextualizarla. Los medios hegemónicos y la oposición la hacen más grande de lo que es», contrapone Noemí Brenta, doctora en Economía y especialista en deuda externa, al clima generado en las últimas semanas. «Esto no es exactamente una crisis cambiaria, porque hay una devaluación que se produce solo en el segmento ilegal y financiero, pero no hay retiro de depósitos y compra de dólares vaciando las reservas del BCRA, como sucedía en el macrismo», detalla.
Además, considera que se da en el contexto mundial que atraviesa la pospandemia «y la cadena de suministros no se ha recuperado», al tiempo que la guerra entre Rusia y Ucrania genera presión inflacionaria en alimentos y energía. «Esto pasa por el lado financiero, la economía productiva no muestra malos resultados, aunque estemos en medio de un sobreendeudamiento soberano que dejó la administración de Mauricio Macri, con acreedores privados, extranjeros y domésticos», encuadró Brenta.
El contexto global, para la economista, explica buena parte de la inflación local. «No se aceleró por un gasto público excesivo ni aumento de la base monetaria; la cuestión internacional, el aumento de las tasas y la presión devaluatoria se transmiten a los precios. Bajo este panorama, la puja distributiva es muy clara», agrega.
Para Nicolas Pertierra, economista jefe del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (CESO), el principal componente de esta crisis es la escasez de reservas. «En un contexto donde el BCRA no tiene con qué responder ante una corrida financiera y cambiaria, hay terreno fértil para que prosperen», opina a Tiempo.
De acuerdo al organismo liderado por Miguel Pesce, la escasez de dólares responde a un componente estacional por alta demanda de energía a precios récord, pero confían en que en septiembre llegará el alivio de la mano del clima primaveral. En ese sentido, para Pertierra «hay que generar un acuerdo con el sector agropecuario para una liquidación significativa en los próximos 20 o 30 días».
Para lograrlo, considera «elemental» alinear los incentivos que hoy apuntan al financiamiento en pesos a la espera de un mayor ritmo de devaluación. «¿Qué está viendo hoy un productor agropecuario? que se puede financiar a un 4 o 5% en pesos y que el tipo de cambio va a tener que acompañar a la inflación, entonces se va a devaluar un 7 u 8%. Eso, en términos financieros, implica que le conviene financiarse en pesos y liquidar los granos dentro de 30, 45, 60 días», explica el economista. «Hay que encarecer el financiamiento al que accede el sector agropecuario y luego, si se elige entre un tipo de cambio más beneficioso o una baja de retenciones, elegiría la segunda pero con un anuncio que comprometa a la liquidación diaria, sino vuelven a subirse», agrega.
Como la política legitima el plan económico, para Sergio Chouza, economista jefe de la consultora Sarandí, mejorar la coordinación en el gobierno «es clave» e, idealmente, «empoderar la jefatura económica de la ministra Batakis» en el marco de una planificación integral, porque «si se hacen anuncios aislados lo que termina pasando es que tienen gusto a poco, tienen gusto a parches». Chouza también remarca que se trata de una cuestión financiera pero, a diferencia de Brenta, considera que la próxima etapa al desbande de los precios de los activos «puede ser una corrida sobre los depósitos», si no se resuelve la corrida.
Mara Pedrazzoli, economista miembro del Departamento de Economía Política del Centro Cultural de la Cooperación (CCC), opina que el mercado «vio una oportunidad para usar la debilidad política a su favor», a raíz del cambio de ministro de Economía, pero las variables macro «no cambiaron mucho desde mayo hasta ahora». En ese plano, el dato más favorable que tiene para mostrar la gestión es «la recuperación del empleo», pero, para Pedrazzoli, la calidad de la reinserción laboral y la evolución de las remuneraciones no necesariamente tienen la misma valoración. Además, la inflación es el componente urgente que destacan todos los entrevistados. En 2021, los salarios en promedio crecieron apenas 3 puntos porcentuales sobre el nivel de precios.
Batakis, de viaje a Washington para encontrarse con Kristalina Georgieva, directora del FMI, irá con esta delicada situación bajo el brazo. «Querer arreglar con el FMI y cumplir lo pactado es, sin dudas, un acierto» , concluye Pedrazzoli. «