Las imágenes fueron halladas por las actuales autoridades de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Allí se observa una reunión en junio de 2017 encabezada por el titular de la cartera laboral de la provincia de Buenos Aires Marcelo Villegas junto con empresarios de la construcción y otros funcionarios del gobierno bonaerense de María Eugenia Vidal. El funcionario asegura que “si pudiera tener una Gestapo para terminar con los gremios, lo haría”. Se trata del aparato de inteligencia montado por el régimen nazi en Alemania caracterizado por la persecución y la elaboración y difusión de propaganda orientada al desprestigio y armado de casusas de los enemigos y víctimas del régimen.
La CGT dio a conocer hoy un comunicado en el que suma su repudio al funcionario y, además, exige la intervención de la justicia para esclarecer el hecho. Allí, con la firma del Consejo Directivo Nacional asegura que estos hechos “permiten confirmar, definitivamente y sin dudas, que en la Argentina existió durante el gobierno de Cambiemos un artero ataque político cuyo objetivo era disciplinar y condicionar, entre otras organizaciones, a los representantes del movimiento obrero”.
Para los dirigentes sindicales, “que el poder político de la provincia de Buenos Aires, en la gestión de la coalición de Cambiemos, desee tener como herramienta de control y dominación una policía secreta tipo GESTAPO nazi, habla por sí solo del objetivo persecutorio y disuasorio contra las organizaciones gremiales y democráticas”. Por eso aseguran que se trató de un “modus operandi” cuyo fin era el de “quitar derechos y condiciones a los y las trabajadoras, apuntando directamente y con causas armadas a dirigentes sindicales”.
En el comunicado aseguran que “el modo de discernir las diferencias siempre es la discusión política y nunca puede ser la ilegalidad de una coacción de quienes representan al Estado”. Por eso exigen que “la Justicia tome directa intervención ante esta denuncia y avance aplicando la ley que estos funcionarios pretendían forzar y evadir”.
Durante la gestión de Mauricio Macri al frente del gobierno nacional la Confederación General del Trabajo organizó cinco paros generales al que debería agregarse una medida convocada por el entonces sector opositor de Hugo Moyano. Las medidas de fuerza, discontinuas, no sirvieron para impedir la caída del poder adquisitivo de los salarios ni la pérdida sistemática de empleos registrados.