El Consejo Directivo de la CGT se reunión apenas en cinco oportunidades durante 2022.
La virtual parálisis de la conducción en el marco de una persistente pérdida del poder adquisitivo del salario se explica por las crecientes fisuras que aparecen en las corrientes que la integran y la negativa de la Central a encarar cualquier protesta contra un gobierno que, con sus matices, lo considera propio.
La actividad de la central se mantuvo a través de la autonominada «mesa chica» que incluye una decena de dirigentes de los históricos agrupamientos que la integran: los Gordos y los Independientes y, en los hechos, excluye a los dirigentes identiticados con el kirchnerismo y el moyanismo.
Sin embargo, ante la emergencia de la celebración del día del Trabajador, el próximo 1° de mayo, y la decisión de un sector del sindicalismo de encarar un acto propio, la mesa chica decidió convocar a todo el Consejo Directivo para tratar de hilvanar una medida en común para esa fecha.
El mismo Carlos Acuña reconoció que la reunión se celebraría con el propósito de «tratar temas generales y la realización de los actos conmemorativos por el 1° de Mayo». El dirigente reconoció que, además, será la oportunidad para analizar «qué rumbo vamos a tomar en función de las elecciones que vienen».
El reciente dato de inflación de marzo del 7,7% resulta un golpe a la candidatura de Sergio Massa que, hasta el momento, goza del beneplácito de una parte nada despreciable de los dirigentes cegetistas.