A medida que se acerca la fecha señalada para la respuesta del gobierno a los reclamos de la CGT, aumenta la tensión al compás de la expectativa. La reunión del Consejo Directivo que se realizó este jueves en el edifico de la calle Azopardo se extendió por casi tres horas y dejó en claro que, más allá de la unidad, los matices dentro de la central obrera se endurecen con el paso del tiempo.
Entre los informes sobre reuniones, llamados y avance en las negociaciones, uno de los referentes del sector más combativo disparó: Tenemos que dejar de ver los conflictos por la tele y hay que salir a la calle. El clima a los largo del encuentro estuvo lejos de ser distendido. Lo que parece apenas un anticipo de lo que pueda suceder el próximo jueves cuando el Consejo se vuelva a reunir para evaluar las respuestas de gobierno y definir una postura.
La reunión de ayer no dejó definiciones claras pero sí la sensación de que el triunvirato que conduce la CGT intentará, más allá de las ofertas de fin de año, evitar el paro general y seguir en dialogo con los distintos actores del Poder Ejecutivo.
En los despachos de gobierno a esta altura el único borrador que existe para responder a las demandas de la CGT es de un bono de $500 para los jubilados que cobren la mínima y los beneficiarios de planes sociales. A una semana del plazo, parece insuficiente.
De hecho, luego de la reunión del Consejo Directivo, la central obrera rechazó un bono de $750, un valor superior al que hoy maneja el gobierno, por considerarlo una burla. Si la oferta del Gobierno no es razonable la semana próxima iremos a una medida de fuerza, la realización de un paro de 24 horas, adelantó el integrante del triunvirato de la CGT, Juan Carlos Schmidt.
Más allá de ese panorama, el sector más dialoguista de la CGT, alineado tras Luis Barrionuevo, no pierde las esperanzas con respecto a que el gobierno ponga sobre la mesa la exención del pago de ganancias para el medio aguinaldo de aquellos trabajadores que cobre hasta $40 mil brutos.
Por otra parte, el bono para los trabajadores estatales parece haber pasado al olvido mientras en el sector privado se discute gremio por gremio.
Ante este panorama el titular del gremio de los porteros (Suterh) e integrante del consejo directivo de la CGT, Víctor Santa María, aseguró que decidirán si habrá o no paro nacional el próximo jueves, luego de un nuevo encuentro de su conducción. Afirmó que dependerá de las respuestas del gobierno y rechazó la posibilidad de un bono de fin de año de 750 pesos porque sería «más que una burla».
En el encuentro, al que no asistió el líder de los maquinistas de trenes Omar Maturano por estar en Córdoba presidiendo el Congreso Anual de su gremio, los dirigentes evaluaron las reuniones mantenidas durante varias semanas con funcionarios, movimientos sociales y eclesiásticos y señalaron su preocupación por la situación general de los trabajadores y los desempleados.
El gobierno solicitó diez días para adoptar una decisión y hacerse cargo de la agenda de la CGT. Si no ofrece respuestas para el miércoles próximo -cuando expire ese plazo- al día siguiente la conducción obrera determinará si habrá una medida de fuerza. Pero no se trata de parar por parar. La central debe tener un plan de lucha integral y una agenda de trabajo, puntualizó Santa María.
El sindicalista rechazó la posibilidad de que se pague un bono de fin de año sólo a quienes menos ganan y sostuvo que ello debe extenderse a trabajadores, desempleados y movimientos sociales.
El gobierno tiene derecho a gobernar porque fue elegido de forma democrática, pero no ofrece soluciones, que es lo único que evitará un paro. El Ejecutivo no tiene dimensión de lo que ocurre en el país; no tiene conciencia social ni sensibilidad hacia los trabajadores. Debe escuchar como lo hizo y resolvió las temáticas de los sectores concentrados de la economía. A diez meses, no atendió a los trabajadores. Se esperan respuestas, expresó.
Santa María también puntualizó que el proyecto de país debe contemplar una economía productiva e inclusión; el salario debe ser la posibilidad de movilidad social ascendente y es preciso defender a la industria nacional y el consumo popular.
«No es posible agrandar la brecha entre los que más y menos tienen. La CGT no es intransigente, privilegia el debate y el diálogo. El bono no es solución ni salida permanente sino la posibilidad de emerger transitoriamente de esta realidad. No se puede determinar hoy su monto porque sería irresponsable, pero ni 750 ni 2.000 sería suficiente», concluyó el dirigente gremial.